Crecimiento ganadero y cultivo de palma acaban con bosques y selvas mexicanas

Sólo el estado de Campeche ha perdido 54 mil 700 hectáreas de selva, lo que representa el 22% del total perdido en México el año pasado.

Regeneración, 18 de noviembre de 2017.- Según la plataforma Global Forest Watch y la organización no gubernamental mexicana Reforestamos, la deforestación en México creció un 36% en el último año. El crecimiento ganadero y agrícola está acabando con los ecosistemas boscosos y selváticos del país.

El año pasado, México perdió 253 mil hectáreas de bosques y selvas, 100 mil más que el promedio registrado por el gobierno mexicano ante la FAO en el periodo de 2010-2015.

Los estados más afectados por este fenómeno se encuentran en el sureste mexicano, en la Península de Yucatán.

Emilio Cruz, vocero de Reforestamos dijo que “el problema que ha presentado la Península es el cambio de uso de suelo en temas agrícolas. Se han incrementado el cultivo de soya y de alimento para ganado”.

Sólo el estado de Campeche ha perdido 54 mil 700 hectáreas de selva, lo que representa el 22% del total perdido en México el año pasado y la pérdida de hectáreas se ha recrudecido pues en 2006, perdió alrededor de 23 mil 909.

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“Si la deforestación mantiene ese ritmo, antes de que termine el siglo XXI no quedará una sola hectárea de estas selvas. Con ellas se perderán una enorme diversidad biológica y servicios ambientales para la agricultura, la producción industrial y la vida en las ciudades”, dijo Reforestamos.

Pero, no sólo la expansión de tierras para alimentar al ganado ha afectado a la deforestación, también el incremento del cultivo de la palma.

“No es casual la cifra de deforestación en Campeche y Chiapas, donde estas actividades ejercen una presión terrible y han tenido un impacto brutal”, dijo Eugenio Fernández, un consultor independiente.

Y es que el aceite de palma se utiliza en la industria alimentaria y la zona del sureste de México ha respondido con gusto para satisfacer la demanda en la fabricación de estos productos.

“Los mexicanos nos estamos muriendo de diabetes y además la comida chatarra nos está asfixiando porque está acabando con nuestras selvas”, dijo Fernández.  

En la Península de Yucatán existen los macizos forestales más sanos de México, ahí conviven hasta 30 tipos de árboles, cientos de insectos y otras plantas. Con el tiempo, la mejora de los caminos y de la infraestructura ha hecho que este lugar sea más accesible y “ha permitido que la frontera agropecuaria se expanda en ausencia de una política y una procuraduría ambiental que funcionen. En términos reales, los ganaderos y agricultores pueden hacer lo que quieran”, dice Fernández. 

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Además de Campeche, también Yucatán y Quintana Roo se suman a la lista. Los tres registraron más de 95 mil hectáreas perdidas de selva. Yucatán, por ejemplo, perdió 23 mil, su peor cifra desde 2007. Mientras que Quintana Roo perdió 17 mil 824 hectáreas.

Chiapas es el estado más afectado de 2016, tuvo su peor año en lo que va del siglo XXI con 65 mil 760 hectáreas reforestadas.

 

 

Con información de El País