En el Día del Migrante, Amy Pope (OIM) destaca que 304 millones de personas mueven al mundo. Urge frenar la criminalización y proteger rutas.
Regeneración, 18 de diciembre de 2025.– (Redacción) Hoy es 18 de diciembre. El mundo celebra el Día Internacional del Migrante. Para la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), migrar es una historia de coraje.
La Directora General, Amy Pope, fue contundente hoy en Ginebra.

Afirmó que: “Cuando la migración es gestionada con dignidad y con propósito, beneficia a todos”. O sea, el problema no es la gente, sino las fronteras.
Cifras que el capital prefiere ignorar
Seamos claros: la economía global depende de ellos. Actualmente, 304 millones de personas viven fuera de su país de origen. Eso es casi el 4% de la población mundial trabajando duro.
Los migrantes no solo aportan cultura; sostienen economías enteras.

En 2024, enviaron 905,000 millones de dólares en remesas. Esta cifra supera, por mucho, cualquier inversión extranjera o ayuda oficial.
Sin sus manos en la salud, agricultura y tecnología, el norte global simplemente colapsaría.
La ruta de la muerte y el odio político
Pero la realidad es desgarradora. Al cierre de 2024, 83.4 millones de personas fueron desplazadas por conflictos y desastres. La violencia y la crisis climática no dan tregua a las comunidades más pobres.
Lo peor es la hipocresía política. Mientras las potencias necesitan su mano de obra, la ultraderecha criminaliza sus trayectos.
Estas políticas de odio ignoran que sus propias naciones se fundaron sobre olas migratorias. Perseguirlos es escupir a su propia historia.

La falta de vías legales empuja a la gente al peligro. El Mar Mediterráneo es ya una fosa común con 33,000 muertes desde 2014.
Es una cifra que debería avergonzar a cualquier gobierno que se diga democrático.
¡A contar nuestra historia!
La OIM lanzó el hashtag #MyGreatStory para humanizar los datos. No son números, son vidas buscando seguridad. La migración es un derecho humano básico que ningún decreto racista puede borrar.

Si el sistema no nos cuida, nos cuidamos entre todos.
La solidaridad internacional es nuestra única arma contra la exclusión. Hoy honramos a los que caminan, a los que resisten y a los que no llegaron.












