En plena contingencia sanitaria, países han aprovechado la expansión del Covid-19 para reducir los derechos de la comunidad LGTB+ en su país.
Regeneración, 17 de mayo de 2020. Hace 30 años, hoy en día, la OMS desclasificó la homosexualidad como una enfermedad mental.
Sin embargo, todavía en 70 países es ilegal pertenecer a la comunidad LGTBT+ como en Palestina, las Islas Cook y algunas provincias de Indonesia.
En naciones como Irán, Arabia Saudita, Yemen, Sudán y en provincias de Somalia y Nigeria, se castiga la libertad de las personas con la pena de muerte.
Otros seis países tienen disposiciones legales o religiosas que también permiten la pena de muerte por actos sexuales consensuales entre personas del mismo sexo.
En Afganistán, Brunei, Mauritania, Pakistán, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, la ley existe, pero hay poca evidencia de que la comunidad esté enfrentando la pena de muerte.
Por eso cada 17 de mayo, Día Internacional contra la LGBTI-fobia, se conmemora y visibiliza esta situación como un logro y como el reto que sigue vigente en algunas partes del planeta.
Activistas toman por sorpresa que existen lugares en los homosexuales permanecen sin derechos fundamentales en el empleo, el matrimonio, la adopción y la prevención de delitos.
FOBIAS EN LA PANDEMIA
La actual pandemia ha incrementado el número de denuncias en el mundo por discriminación, apuntan los informes de la ONU.
Pues incluso en confinamiento se dan denuncias de violencia, o en el trabajo de despidos injustificados así como falta de acceso a medicamentos como tratamientos hormonales o para combatir el VIH.
Países como Hungría han aprovechado la expansión del Covid-19 para reducir los derechos de la comunidad transgénero en su país.
País que intenta revertir la ley que permitía el cambio legal de género, con el pretexto de tener una estadística precisa sobre el avance de la enfermedad.
Esta fecha que conmina, aún en nuestros días, a las naciones a respetar los derechos de los ciudadanos sin importar su género o preferencia sexual.