#LaMerced está de fiesta por su 63 aniversario de los mercados.
El 63 Aniversario de los mercados y la fiesta de la virgen de la Merced
María Oventic- Texto
Colectivo Múunyal
El 63 Aniversario de los mercados de la Merced y la fiesta de la virgen de la Merced se celebró este año de manera mesurada y con los cuidados necesarios que, en medio de esta contingencia sanitaria, hemos aprendido a realizar: cubrebocas puesto y gel antibacterial en las manos, todo con las medidas sanitarias pertinentes y siguiendo las indicaciones señaladas por las autoridades.
Los vecinos y comerciantes manifestaron estar agradecidos con la virgen de la Merced por brindarles salud y sustento. Este año su agradecimiento se mostró, sobre todo, en el cuidado hacia los otros y, por tal motivo, la serie de ceremonias, actividades y bailes que cada año estamos acostumbrados a ver en este populoso barrio, en esta ocasión quedaron restringidas, por la contingencia sanitaria que actualmente enfrentamos. Aunque dentro y fuera de los mercados se podían apreciar majestuosos altares que sobresalían en medio de los locales, la celebración se reservó a que unos cuantos mariachis tocaran las mañanitas a la virgen, la misa y los alimentos entre los más cercanos.
El señor Erasmo Maya, locatario del mercado de la Merced -localizado en la Puerta 5-Acceso 1- y quien ha trabajado desde hace aproximadamente 38 años en este espacio, nos compartió que desde hace tres años ha sido mayordomo de la virgen de la Merced y, junto con otros compañeros comerciantes, se organizan para ahorrar dinero durante todo el año para el día de la fiesta. Con lo que se junta pagan el adorno floral del altar, el vestido de la virgen, las misas, la comida, la música y trámites administrativos. Este año la principal petición que le realiza a la virgen es que él y toda su familia tengan salud y trabajo, al igual que todos los compañeros del mercado. La virgen que levantaron quedó al fondo del Pasillo 5 y estuvo acompañada por dos ángeles. Las imágenes se distinguían por una vestimenta color morado que permitía resaltar la corona de la virgen y del niño Dios. Las flores que utilizaron para adornar el altar estaban suspendidas desde un techo y bajaban hasta tocar el suelo color rojo. Flores de todos los colores y de todos los tipos.
En este lugar, poco después de que tocaran algunas piezas musicales al son de la banda y colocaran a la virgen en el altar, el padre Victoriano Martínez, con cubrebocas puesto, realizó de manera breve y solemne una misa al interior del mercado y enfatizó el papel que la virgen tiene en todos los pueblos y culturas como protectora. Además, resaltó la particularidad de la virgen de la Merced como redentora y protectora de los cautivos.
A diferencia de otros años, en donde la fiesta se siente en cada calle y rincón del barrio, nos comentó Eduardo Pérez Quintana, comerciante de artículos de temporada de la Merced, que esta ocasión tuvo que ser un evento cerrado y breve. En la esquina de Adolfo Gurrión y avenida Circunvalación se levantó un altar en donde se podían ver a dos vírgenes: una con vestido blanco y bordados azules -la cual significa luz y paz- y otra de color beige con brillosa lentejuela. Ambas rodeadas con arreglos florales de girasoles, rosas rojas y lilis blancas. Un conjunto bellamente decorado en donde flores y globos formaron el nicho que recibiría a las vírgenes. Ahí mismo, fue el lugar en donde se ofició misa por la mañana y se compartió, con muy pocas personas la comida para no tener aglomeración de personas.
Este año llegó la fiesta y, con ella, no se hicieron esperar los recuerdos de las personas que ya no están. Ha sido un año de innumerables pérdidas, por tal motivo, Eduardo pide a la virgen de la Merced por aquellos comerciantes que perdieron a algún familiar y por los que, desafortunadamente, no pudieron llegar a celebrar. Su petición es que termine esta pandemia y que haya salud y trabajo para las personas que nos enfrentamos a esta nueva normalidad. Asimismo, hace una atenta invitación a las personas que necesiten ir a realizar sus compras al mercado para que tomen las medidas sanitarias. La reactivación de las actividades comerciales es algo importante, pero también lo es el cuidado colectivo, motivo por el cual, algunos de los locatarios de Adolfo Gurrión han regalado cubre bocas e invitado a usar el gel antibacterial que ellos mismos tienen en sus negocios.
A pesar de que este año los locatarios y vecinos de la Merced se han tenido que enfrentar a situaciones difíciles, aun guardan fe y esperanza. Seguro vendrán tiempos mejores en donde la fiesta y la música no paren, podamos compartir los alimentos y reunirnos para celebrar. Pero por ahora habrá que cuidarnos y hacerlo de manera comunitaria. La Merced vive y resiste y estamos seguros que saldrá adelante con todos los hombres y mujeres trabajadores que se encuentran en él.