«FIFA paga mi boleto de colectivo», reclaman manifestantes contra el Mundial
Regeneración, 7 de febrero. Tras el aumento de 10 centavos en el pasaje de colectivo, miles de personas protestaron en Río de Janeiro y fueron reprimidos por la Policía. Un camarógrafo de TV, grave.
Las protestas por el precio del transporte público volvieron a estallar en Brasil en la noche del jueves, cuando cerca de 2000 personas que manifestaban contra la subida de los boletos del transporte colectivo se enfrentaron a la Policía en la estación de trenes de Río de Janeiro.
Mientras las autoridades locales aprobaron un aumento de 10 centavos en las tarifas del colectivo, y la FIFA presiona por la demora en las obras para el Mundial, los ciudadanos reeditaron las protestas que habían estallado en 2013: no toleran el excesivo gasto en la competencia deportiva y que sea costeado con ajuste fiscal y la subida de los billetes de autobús.
En los incidentes, que preocupan al gobierno por la cercanía con la realización del Mundial, fue herido un camarógrafo de televisión con un explosivo casero y se encuentra en grave estado, detuvieron a 30 personas y una decena habría resultado con heridas producto de los gases y bastonazos policiales.
A mediados de 2013 se habían producido intensas movilizaciones a raíz de la represión policial que ocasionara la Policía en San Pablo ante las manifestaciones en oposición a los aumentos de los boletos.
Los grupos que protestan en Brasil cuestionan los inmensos gastos que ocasiona la organización del Mundial y pretenden que no sea costeado con ajuste fiscal y suba de tarifas. Cuando los manifestantes comenzaron a saltar los molinetes, la Policía emprendió la reprimenda, con gases y bastones.
Brasil, además, sufre una crisis a raíz a la fuerte depreciación del real por la salida de dólares del país y los enormes gastos en obras previstas para este año. Uno de los lemas de los que se congregan para protestas son claros: «FIFA pagá mi boleto».
La violencia en la Estación Central de Río
El aumento del billete del autobús encendió nuevamente la mecha en Río de Janeiro. La protesta ciudadana acabó en una batalla campal en el interior y las inmediaciones de la Estación Central de Río de Janeiro. Entre 800 y 1.000 manifestantes se dieron cita el jueves en la Plaza de la Candelaria para protestar por la subida del billete de autobús urbano, una decisión anunciada por el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes.
La manifestación se dirigió por la céntrica avenida Presidente Vargas portando pancartas con consignas y banderas de partidos políticos. A la altura de la Estación Central, grupos de encapuchados penetraron en la estación a las siete de la tarde, la hora punta en la que miles de trabajadores de la deprimida zona norte de Río regresan en los trenes a sus casas. Los encapuchados causaron destrozos en el mobiliario urbano, mientras efectivos del batallón de Choque de la Policía Militar lanzaron los primeros gases lacrimógenos.
Un camarógrafo de la cadena de televisión Bandeirantesa fue alcanzado en la cabeza por un artefacto explosivo y se encuentra en estado grave. La Polícia Militar afirma que fueron vándalos los que lanzaron la bomba. Un periodista de Globo News que estaba en la manifestación, dijo que el artefacto provino de la policía.
Según testigos presenciales –reporta El País–, miles de personas corriendo despavoridas. “Desde el primer momento vi heridos y gente desmayada”, relata la empleada doméstica Cristina Gonzaga, que se disponía a embarcar en el tren que la lleva todos los días a su barrio. El enfrentamiento rápidamente se extendió a la avenida Presidente Vargas y a las calles aledañas, con barricadas incendiadas, destrozos y cargas policiales con abundante gas pimienta y bombas de gas lacrimógeno. Los encapuchados arremetieron con piedras y emplearon vallas metálicas para protegerse de las embestidas de los agentes.
Reporteros del portal UOL y del canal de noticias Globo News han denunciado haber sido agredidos injustificadamente por los policías antidisturbios.
Las multitudinarias manifestaciones que inundaron las calles de todo Brasil en junio del año pasado comenzaron con la misma reivindicación tras anunciarse un aumento de 20 centavos en el precio del billete del autobús en varias ciudades. Esta vez el conflicto parece circunscribirse a Río de Janeiro y promete no apagarse rápidamente. El 10 de febrero está convocada una nueva manifestación contra la subida del precio del autobús.