‘El Pistache’, líder de la Unión Tepido, lloró cuando lo aprehendieron en Santa Fe

David García, conocido como ‘El Pistache’, tomó el control tras la muerte del Betito, al frente de la organización Unión Tepito.

 

Regeneración, 01 de noviembre de 2018.- Entre las playeras de moda, los pantalones Gucci y los tenis de marca, David García alias “El Pistache”, no tenía la pinta de ser un narcotraficante, menos de liderar una de las más importantes organizaciones criminales en la Ciudad de México.

Según información de El Universal, El Pistache vivía en un departamento de 70 metros cuadrados en High Park, Santa Fé. En su recámara, el vestidor estaba atestado de camisetas de mota con colores vibrantes, pantalones brillosos, cinturones de marca y unos tenis gucci sin estrenar.

“Al verse copado no opuso resistencia y cuando oyó por las radios de los agentes que en ese momento capturaban a sus lugartenientes en la Narvarte, se sentó esposado en una silla, se llevó las manos al rostro y, el capo millennial que controlaba la mayor organización de la CDMX de venta de drogas, extorsión, trata de personas, y que ordenaba ejecutar a sangre fría a sus rivales, soltó el llanto”, relata Salvador García Soto.

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El Pistache y su “cerebro financiero”, un joven titulado en Administración de Empresas por la UNAM llamado Daniel Eduardo León, alias El Tiger, fueron aprehendidos en Santa Fe, en un departamento que costaba 32 mil pesos al mes.

“Ninguno de los dos parecían ya provenir del ‘barrio bravo’, se había pulido y mezclado con ropa cara y hábitos de juniors, para encajar en los círculos de Polanco, Santa fe, Las Lomas, en donde operaban para mover droga y extorsionar a los propietarios de restaurantes”, continúa García Soto.

Recordemos que el pasado martes en la madrugada, fuerzas federales llevaron a cabo un operativo en el que se aprehendieron a cinco personas, presuntos líderes de la Unión Tepito.

El Pistache es señalado como el sustituto de El Betito, Se dedicaba a varias actividades criminales como la trata de mujeres de nacionalidad colombiana y venezolana, principalmente, a quienes obligaba a prostituirse con hombres poderosos, sobre quienes después ellas tendrían que dar informes. Además se dedicaba al secuestro y extorsión.

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Pero sin duda, la consolidación y la impunidad del joven millennial que manejaba el negocio de las drogas en la capital del país no hubiera ocurrido sin la protección y la colusión de funcionarios de la procuraduría capitalina y de policías de Cuauhtémoc que le daban protección a cambio de generosos pagos.