Regeneración, 10 de marzo 2014.-El Instituto Cultural de México acogió la presentación de la primera edición al otomí de «El Principito», del francés Antoine de Saint-Exupéry, la primera obra no escrita en español que se traduce a la lengua indígena.
La edición fue presentada en el centro cultural mexicano de la capital francesa por los dos promotores de la iniciativa, el traductor de la obra, Raymundo Isidro Alavez, y el antropólogo francés Jacques Galinier, experto en los otomíes.
De acuerdo con el profesor Raymundo Isidro Alavez, la edición en otomí tiene el mismo número de páginas que en francés, 95, pero su título es más largo y se traduciría literalmente al español como «El muchachito gran jefe».
La edición conserva los dibujos originales del libro publicado por primera vez en 1943 y según el profesor Raymundo Isidro Alavez, fue traducida directamente del francés intentando reducir al máximo la inclusión de neologismos.
“Lo elegimos porque es una obra de carácter universal que tiene un mensaje que podía interesar y que era relativamente fácil de traducir y no muy connotado culturalmente», explicó el antropólogo Jacques Galinier, quien ha estudiado a los otomíes durante 45 años.
Este libro «puede promover valores como la amistad y que se conserven los valores de los niños y también para que se sepa cómo se educan los niños acá, para que los de allá no se encierren», comentó Raymundo Isidro Alavez a esta agencia.
El libro fue editado en «hñähñu», la lengua de los indígenas otomíes por el Liceo Franco Mexicano, el Centro de Documentación y asesoría «hñähñu», el Centro de Estudios Mexicanos, el Instituto Humbold, la Embajada de Francia en México y el Instituto Francés, entre otros.
La tirada inicial fue de dos mil ejemplares, la mayoría de los cuales ya se vendieron, según el profesor y traductor, quien ejerce en la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Facultad de Estudios Superiores de Acatlán.
El académico comentó que su deseo es que el libro llegue a los jóvenes otomíes y afirmó que se siente comprometido con su pueblo y su idioma porque «si desaparece un idioma desaparece una cultura, se diluye».
Por su parte, el antropólogo Jacques Galinier señaló que se está estudiando traducir al francés algún libro escrito originalmente en otomí y recordó que es un pueblo «muy introvertido debido a la marginalización que ha sufrido desde tiempos prehispánicos».
“Tienen una riqueza intelectual impresionante. Sus cuentos, sus mitos son una gran fuente de sabiduría», estimó Galinier.
En la versión en «hñähñu», una de las variantes del otomí, ya se ha traducido también la obra emblemática de Juan Rulfo, «El llano en llamas» y se está preparando un Quijote de Miguel de Cervantes para niños, explicaron las fuentes en el acto.
El otomí es la quinta lengua indígena más hablada de México, además se estima una población entre 350 y 650 mil personas en varios estados del centro del país.
Este libro «puede promover valores como la amistad y que se conserven los valores de los niños y también para que se sepa cómo se educan los niños acá, para que los de allá no se encierren