Ella viola la ley de EU para ir a tratarse de cáncer a Cuba

Para viajar a La Habana desde su casa en California, Ingels está quebrantando la ley.

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Regeneración, 21 de abril de 2017.- Después de medio siglo de sanciones a Cuba, por primera vez Estados Unidos está probando en Nueva York un medicamento para el cáncer desarrollado totalmente en la isla caribeña. Pero algunos pacientes estadounidenses con cáncer ya la están usando: desafiando el embargo, vuelan a Cuba para tratarse con Cimavax.

Durante los seis días que Judy Ingels, de 74 años, estará con su familia en la isla, recibirá sus primeras inyecciones de Cimavax, un medicamento que en estudios cubanos ha demostrado poder prolongar la vida de los pacientes de cáncer de pulmón durante varios meses, y en ocasiones, años.

Pero al viajar a La Habana desde su casa en California, Ingels está quebrantando la ley.

El embargo estadounidense contra Cuba está vigente desde hace más de 50 años, y aunque las relaciones entre ambos países mejoraron durante el mandato del ex presidente Barack Obama, buscar tratamiento médico en Cuba sigue estando prohibido para los ciudadanos estadounidenses.

«No me preocupa», dice Ingles. «Por primera vez tengo esperanza».

Ingels, que tiene cáncer de pulmón en fase 4, fue diagnosticada en diciembre de 2015.

«Mi oncólogo en Estados Unidos dice que soy su mejor paciente., pero tengo esta enfermedad letal», dice.

Su médico no sabe que ella está en Cuba.

Cuando le preguntó sobre Cimavax, él no había oído hablar de él.

«Pero nosotros hemos investigado mucho. Leí cosas buenas», dice Ingels.

Desde enero de 2017 este medicamento cubano se ha estado probando clínicamente en pacientes de Buffalo, en el estado de Nueva York, pero todavía no está disponible para otros enfermos en Estados Unidos.

Ingels, su marido Bill y su hija Cindy se están alojando en La Pradera International Health Centre, al oeste de La Habana.

Allí se trata mayoritariamente a pacientes extranjeros, como Ingels, que pagan por su atención médica.

Pero con su piscina, sus palmeras y jardines, La Pradera se parece más a un complejo vacacional que a un hospital.

El viaje desde su casa en California, incluído un abastecimiento de Cimavax para llevarse de regreso a Estados Unidos, le costará a la familia Ingels más de US$15.000.

Ingels no es la única estadounidense dispuesta a saltarse la ley y a pagar miles de dólares para tratarse en Cuba: solo este año en La Pradera se han tratado 32 pacientes estadounidenses, además de unos 158 ciudadanos de otros países.

Esta es la primera vez que un medicamento cubano se pone a prueba clínicamente en Estados Unidos.

Para ello se tuvo que emitir un permiso especial, ya que el embargo estadounidense prohíbe la mayoría de la colaboración y el comercio entre ambos países.

La inmunoterapia contra el cáncer se está volviendo cada vez más cara en Estados Unidos, dice el doctor Lee.

La idea de una vacuna barata que pueda ser administrada a un nivel primario de atención médica es muy atractiva.

Durante su campaña electoral a la Casa Blanca el ahora presidente Donald Trump dijo que revertiría el deshielo en las relaciones entre ambos países que impulsó su predecesor, Barack Obama, a menos que haya cambios en la isla, gobernada por un solo partido político.

Hasta ahora Cuba no ha estado en su lista de prioridades. Y hay un colectivo significativo de estadounidenses que creen que Cuba no merece el tipo de reconocimiento y estatus que conlleva su asociación con el Roswell Park Cancer Institute.

Con información de: BBC Mundo