Se trata de una de las empresas hidalguenses más asociadas al robo de combustible del poliducto Tula-Salamanca.
Regeneración, 25 de julio de 2020. En 2017 la entonces Procuraduría General de la República identificó en el poliducto Tula-Salamanca una toma clandestina propiedad de uno de los empresarios hidalguenses más conocidos, asociados al huachicol, Juan Carlos Tapia Vargas.
Asimismo, se informa que la empresa de esta persona, Construcciones Industriales Tapia, donde se encontró la toma clandestina, al identificar ductos clandestinos que paraban en el domicilio de una de sus naves industriales, vende recurrentemente a las refinerías estructuras de acero, tanques de almacenamiento, tuberías y anticorrosivos.
Los principales clientes de esta empresa, de acuerdo con ‘El Sol de México’ son PEMEX, CFE, ICA Fluor, Samsung, Praxair y también la constructora Norberto Odebrecht, entre otras.
En el mismo año en que se descubrió la toma clandestina, Odebrecht, empresa que a través de Emilio Lozoya, pagó millones de pesos en soborno y financió la campaña de Enrique Peña Nieto y Ricardo Anaya, subcontrató los servicios de la empresa hidalguense por concepto de “servicios de terracería, acondicionamiento del sitio, movimiento de tierras y conformación de plataformas para un proyecto de residuos de la Refinería de Tula, Miguel Hidalgo”, explica el artículo.
La empresa recibió 331 millones 479 mil pesos por este servicio. Posteriormente, volvió a ser subcontratada por Odebrecht con otro contrato de 296 millones 782 mil pesos.
Posterior a esto, la Función Pública en 2019, interpuso una multa de 206 millones 686 mil pesos a la empresa por haber dado información falsa para obtener un contrato con PEMEX Refinación. Finalmente, fue inhabilitada por dos años y seis meses.