La situación llevó a los defensores de derechos de los indocumentados realizar una congregación frente al centro, que alberga actualmente cerca de 1300 personas, quienes están siendo investigadas para posible deportación.
«Estamos preocupados por su bienestar y apoyamos su valiente postura contra el trato inhumano. Estamos gravemente preocupados por las represalias, especialmente contra los líderes de la huelga de hambre», resaltó la activista Maru Mora Villalpando durante la concentración de protesta.
A juicio de Villalpando, la cifra de los que dejaron de comer desde hace días llega a mil personas.
La inexistencia de una reforma migratoria en EE.UU., sumada a las deportaciones, está haciendo más incierto el futuro de cerca de once millones de inmigrantes en el país norteamericano.