Fox no es solo un campesino con botas y sombrero que vive de su pensión como expresidente. Pactó con quien pudo, para sacar a su familia de la quiebra.
Regeneración, 12 de octubre de 2017.- En 2000 llegó a la presidencia de México, abanderado por el PAN, Vicente Fox Quesada, un hombre que presumía su cercanía con el pueblo, usaba sombrero, botas, bigote y tenía modos rancheros, dice el periodista José Ignacio de Alba en su reportaje publicado en Pie de Página.
“El hombre de las botas convenció a los votantes de que, sacando del gobierno al PRI se solucionarían los problemas que más afligían al país. Pero ya en el poder, nada hizo para alejarse de la inercia en la que el país se conducía desde varios sexenios atrás”, agrega.
Desde que Fox llegó al poder, todo alrededor de su rancho en San Cristóbal mejoró. Se rehabilitaron las calles del pueblo y el camino que va de León a San Cristóbal se convirtió en carretera. Incluso, el ex presidente de Estados Unidos George W. Bush estuvo ahí.
Para octubre de 2006, cuando faltaban dos meses para que Fox terminara su mandato, se le ocurrió construir el Centro Fox.
“Una instalación que albergaría entre otras cosas un museo y una ‘biblioteca presidencial’ con 25 mil libros, las instalaciones estarían -claro- en San Cristóbal”, subraya el reportaje.
Según Marta Sahagún en entrevista con la revista Quien (edición 149), Fox ideó la biblioteca por la que observó en una de las visitas presidenciales Estados Unidos.
Todavía como presidente, inició la construcción que tuvo un costo total de 20 millones de dólares, pero hasta ahora, los patrocinadores de la edificación no han sido revelados.
Francisco Serrano Camacho fue el encargado del diseño de las instalaciones. Él es un arquitecto que forma parte del despacho que realizó la remodelación de la terminal 2 del aeropuerto de la Ciudad de México, también durante el gobierno de Fox.
El museo del Centro alberga medallas con las que Fox fue condecorado durante su mandato, “diplomas, frases, fotos de él, pinturas de él, bustos de él”.
Fox se vendió como una figura milagrosa, que “sacó al PRI” y ayudaría al país a salir de la crisis. Pero, a los únicos que salvó fueron a sus familiares.
De acuerdo con lo escrito por el periodista Raúl Olmos en su libro Fox, negocios a la sombra del poder (Grijalbo, 2017): “Entre 1995 y 1999 los hermanos Fox habían creado nueve empresas, pero cinco quebraron antes de que Vicente llegara a ser presidente. Para el periodo 2000-2006, que coincide con el gobierno foxista, ocurrió el boom de empresas familiares, con 50 nuevos negocios”.
La investigación del periodista muestra que Fox y sus familiares diversificaron sus negocios. De la producción de hortalizas pasaron hasta la incursión en el mercado petrolero y productos de belleza.
Fox no es solo un campesino que vive de su pensión como expresidente.
En el libro de Olmos, también explica el llamado “pacto de San Cristóbal”, ocurrido el 25 de noviembre del 2010, cuando Fox invitó a su rancho al candidato priísta a la presidencia, Enrique Peña Nieto.
Olmos relata que la historia de ese encuentro comenzó dos meses antes, cuando Fox fue visitado inesperadamente por el Xóchitl Espíritu, quien fungía como directora de Evolución Patrimonial del gobierno del entonces presidente Felipe Calderón.
Espíritu investigaba millonarios depósitos en nueve cuentas bancarias y bienes inmuebles no declarados por Fox y su esposa.
Así que, en el encuentro con Peña, se pactó apoyo incondicional a cambio de inmunidad. A cambio de mantener sus propiedades a salvo, Fox no dudó en apoyar al PRI.
Vicente Fox es cabeza, además, de un emporio de hortalizas. En un reportaje publicado también por Pie de Página, Kau Sirenio Pioquinto escribe que Grupo Bimbo, la empresa que fundó el fallecido Lorenzo Servitje, salvó a la familia Fox de la quiebra.
“La historia es reconstruida en el libro Fox, Negocios a la sombra del poder: cuando Fox llegó a la presidencia, las empresas de su familia acumulaban deudas por 12 millones de dólares, de los cuales 5 estaban en la cartera del Fobaproa”, retoma Sirenio.
Además, explica que seis meses después de iniciado el sexenio del panista, en junio de 2001, Bimbo entró al rescate de las empresas. Asumió deudas y también, Servitje invirtió 6 millones de dólares para levantar la empacadora de vegetales de los Fox.
“El plan de rescate se extendió hasta noviembre de 2005, cuando Congelados Don José cambió su nombre a Xtra Congelados, sociedad de Producción Rural, y quedó integrada al Grupo Altex, la división agroindustrial de Bimbo”, dice el periodista.
Así siguieron los socios, luego, en 2007, “Grupo Altex adquirió Next Vegetales y su subsdiaria EVA, una empresa que se dedica principalmente a la producción de lechugas con tecnología hidroponía de alta tecnología, además de la elaboración de ensaladas y aderezos”.
En la actualidad, Altex posee 14 pantas de producción en México, y en su portafolio de productos hay desde trigo, jugos, frutas, verduras, engorda de atunes para exportación y rellenos para la industria panificadora.
En el invernadero de San Francisco del Rincón, uno de los más emblemáticos de la compañía, que exporta a más de 20 países, todo cambió cuando Fox se convirtió en presidente y pactó con Bimbo.
«Lo del pueblo de San Cristóbal era sembrar hortalizas, pero con la entrada de Fox al poder presidencial la expansión de la agroindustira familiar dio un salto. Por estas tierras cuentan que, cuando los Servitje entraron al rescate de Fox, la Hacienda se encontrada literalmente en ruinas. Ahora las más de dos mil hectáreas están divididas en diferentes empresas de los Fox», destaca Sirenio Pioquinto.
José Ignacio de Alba escribe que, en el municipio de San Francisco del Rincón, hay 80 pueblos de no más de 2 mil 500 habitantes. Uno de estos es San Cristóbal, donde todos están seguros que los Fox, no son de esos rumbos.
Según Fox su familia es de origen irlandés, pero otros dicen que tienen ascendencia inglesa y hasta alemana. Así como su origen, tampoco se sabe de dónde vienen todas sus propiedades.
Los Fox llegaron a San Cristóbal a principios del siglo XX, desde Ohio, Estados Unidos y compraron la parte principal de la hacienda San Cristóbal, que construyó Antonio Obregón y Alcocer en 1591, quien también era dueño de la mina La Valenciana, una de las mayores productoras de plata durante la colonia.
De Alba retoma lo escrito por Miguel Ángel Granados Chapa en el libro Fox & Co.
“Viejos lugareños dicen que si los Fox lograron conservar después de la revolución parte de la hacienda -originalmente de cinco mil hectáreas- fue gracias a que el patriarca Joseph ganó en una partida de dominó contra el general Lázaro Cárdenas (por entonces candidato a la presidencia de la República en gira intensiva por el país) el certificado de inafectabilidad”.
Además, hay otra versión, que indica que el primogénito de la familia, José Luis Fox Pont, lotificó el rancho y vendió lotes para evitar que fueran repartidos entre las fuerzas agraristas. Años después la familia Fox recuperó sus tierras comprando los lotes vendidos a sus parientes y amigos.
Desde la Revolución, los pobladores de San Cristóbal han reclamado dotaciones de tierras que en los hechos están en propiedad de la familia que José Luis Fox Pont y la asturiana Mercedes Quesada formaron con sus 9 hijos en el rancho de San Cristóbal.
El 2 de mayo de 2006, los ejidatarios acusaron al presidente Fox de utilizar el Programa de Certificación de Derechos Ejidales (Procede) para legalizar la posesión de tierras que les corresponden según un decreto presidencial de 1937.
De acuerdo con lo publicado por Proceso, “se trata de un conflicto que se ha heredado de padres a hijos y nietos Un grupo cercano a los 50 ejidatarios acusa al presidente Fox de utilizar el Procede para legalizar la posesión de tierras que les corresponden según la resolución presidencial, y de contar con la complicidad de funcionarios de diversos niveles, entre ellos varios delegados de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) que, en los últimos años, han pasado por la entidad para consumar el despojo”.
Reporte Índigo retomó el tema un año después y en su investigación, documentó que la familia Fox participó en esa asamblea ejidal, falsificaron firmas y coaccionaron a los ejidatarios para que cedieran terrenos a la familia presidencial.
Información completa en: Pie de Página (Fox y el millonario negocio de ser presidente de México y Las manos detrás del imperio de hortalizas)