El académico encontró que, desde el 2012 la tasa de sismos en nuevo León ha incremento de forma considerable
Regeneración, 8 de octubre de 2017- Luego de la catástrofe que dejaron los temblores del 7 y 19 de septiembre pasado, quienes han advertido acerca de los sismos en el noreste del país han hecho énfasis en un tema, del cual casi no se habla: los movimientos telúricos podrían presentarse con más frecuencia e intensidad, debido a la fractura hidráulica, mejor conocida como fracking.
Esto consiste en la perforación del subsuelo para extraer hidrocarburos, por ejemplo gas shale o de esquisto, el cual se ubica en los poros de formaciones rocosas difíciles de permear, conocidas como lutitas bituminosas, en hasta 5 mil metros de profundidad. Los pozos de explotación son verticales y luego horizontales, en ellos se introducen millones de litros de agua revuelta con químicos y arena.
Tras una década de investigación acerca de temblores en Nuevo León, Juan Manuel Rodríguez Martínez afirmó que éstos tienen una relación directa con la fractura hidráulica, así lo informa El Universal
El doctor en Ciencias Geológicas y jefe del Departamento de Geohidrología y Geofísica del Instituto de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) dijo que en el estado han habido 304 temblores de 2006 a la fecha provocados por el fracking.
“Analizando toda la información de estos 10 años y manejando modelos matemáticos de regresiones lineales, encontramos una relación directa entre los sismos reportados desde 2006 a la fecha”, explica Rodríguez Martínez.
De los 304 sismos, 17 tuvieron magnitudes de 4 a 4.5 y el de mayor fuerza fue el del 13 de noviembre de 2013, con 4.5 grados, el cual dañó viviendas en comunidades rurales y una escuela en los municipios de China, Los Ramones, Cadereyta y Terán, lo cual se documentó en el estudio “Sismicidad somera inducida por fracturamiento hidráulico en la porción septentrional de la Cuenca de Burgos”.
Rodríguez Martínez realizó la investigación con especialistas argentinos, la cual se difundió en la Academia y en algunos medios de comunicación de Estados Unidos.
En ella se detalla que los temblores en la Cuenca de Burgos, que abarca Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas son inducidos por la exploración en yacimientos no convencionales (gas shale o de lutitas).
“La causa está estrechamente vinculada con la fractura hidráulica que se realiza en los plays de las formaciones Agua Nueva y Pimienta”, afirma la indagación.
En el estudio se compara con gráficas pozos exploratorios perforados en la cuenca con las zonas de fracking. Los plays son un grupo de campos prospecto los cuales tienen las mismas características geológicas generales.
“Se hizo una relación de profundidad del proyecto, del foco, de la magnitud y el tiempo, precisamente frecuencias, y detectamos ese tipo de correlación. Hay una gráfica con ecuaciones y los resultados coinciden con otras publicaciones que se han hecho a nivel internacional y en EU”, detalló el investigador
Hay dos tipos de yacimientos, los convencionales y los no convencionales. Los primeros son explotados verticalmente y en los segundos se introducen químicos y agua para extraer el gas de los poros de la roca.