En su texto, Doria Estévez cuestiona si «el terror» que vive García Luna en prisión será el detonante para «sacrificar» a Felipe Calderón.
Regeneración, 22 de abril del 2020. Genaro García Luna está «aterrado», confesó César de Castro, su abogado, a la periodista Dolia Estévez.
Esto debido no sólo al encierro que enfrenta por sus vínculos con el narco, sino por el miedo de contraer Covid-19.
El defensor describe que, tanto como el ex secretario de seguridad pública como sus compañeros de prisión, permanecen en su celda 24 horas al día, sólo se les permite salir una o dos horas, un par de horas a la semana.
Además, precisa, el colaborador de Felipe Calderón no cuenta con acceso al teléfono por lo que no puede comunicarse con su familia.
De Castro, tampoco a podido hablar con el mexicano, pero sí con otros tres de sus clientes; el 8 de marzo habría sido la ultima vez que tuvieron contacto, detalla.
El domingo, Brian Cogan negó, por tercera vez, la libertad bajo fianza de García Luna; el mismo juez que condenó de por vida a El Chapo Guzmán.
El ex funcionario habría argumentado sentirse en riesgo de contraer coronavirus por el hacinamiento que característico de las cárceles.
En medio de la contingencia por el Covid-19, se cuentan por cientos las llamadas que abogados defensores reciben de familiares que desean que un preso sea liberado por esta situación.
RIESGO A COVID INCREÍBLE
García Luna refirió que, en 2015, la refrigeración le provocó tos hace cinco años, problema respiratorio que lo haría vulnerable.
Cogan aseguró que el planteamiento no era creíble, y antepuso el «riesgo real» de que García Luna intente escapar.
Estévez prevé que esta sea el último intento de García Luna de salir de prisión.
Tal como apunta la columnista:
«El terror de García Luna de contagiar el virus retrata a un hombre desesperado. Traumatizado. Al borde del abismo.
Un hombre que no hace mucho esgrimió tanto poder que se creyó intocable.
Indómito. Un hombre que le hizo tantos favores a la DEA, a la CIA, al FBI que, creyéndose infalible, se mudó a Florida a disfrutar los millones que, según dicen, le pagó El Chapo.
Un hombre que creyó poder adquirir la ciudadanía estadounidense y gozar de su estatus privilegiado sin que su pasado lo alcanzara».
La periodista finaliza asentando que García no tiene escapatoria, pues a diferencia cuando trabajó en México, en Estados Unidos no se aplica «su manual de impunidad».
Y cuestiona, si este terror del que supuestamente es victima el ex secretario, será el detonante para sacrificar a Felipe Calderon y así salvar su pellejo.