Aunque el gobierno federal ha intentado hacer creer que los precios tienen principalmente variables internacionales, los impuestos sobre cada litro de combustible van a la alza con los precios.
Regeneración, 05 de febrero de 2017.- Aunque el gobierno federal mantiene un presunto «subsidio» en los impuestos de la gasolina, lo cierto es que cada que aumentan los precios, los impuestos también.
Y es que la distribución de los ingresos por la venta de combustible se tasa en relación a porcentajes y no a unn cantidad fija.
Actualmente por cada litro de gasolina que se paga en México, una tercera parte es de impuestos (36.4 por ciento), casi la mitad corresponde a la referencia internacional (49.40 por ciento) y lo demás a la logística y las ganancias comerciales (8.94 y 5.25 por ciento respectivamente).
Desde 2014, las gasolinas dejaron de tener grandes subsidios de parte del gobierno federal y se comenzó a transitar primero a un esquema con una banda de máximos y mínimos que prevaleció hasta el año pasado y ahora a la liberalización gradual de los precios.
En ese proceso al dejar de estar subsidiada la gasolina generó una carga mayor a los consumidores, incluyendo un mayor Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA), cuya tasa es del 16 por ciento
Y aunque el gobierno federal mantiene un subsidio al IEPS de 1.12 pesos por litro de gasolina magna, 0.05 pesos por premium y 1.150 diesel, es evidente que entre mayor sea el precio, mayor es la percepción gubernamental del impuesto.
Con los elevados impuestos y los altos precios a las gasolinas, el único beneficiado es el gobierno que cada año recauda más, sobre todo por IEPS.
Por ejemplo en 2016, ese impuesto a las gasolinas le generó 277 mil 263 millones de pesos, 22.5 por ciento más de lo obtenido en 2015.
Vía Reforma