El presidente de Estados Unidos Joe Biden visitó a las víctimas del tiroteo en Uvalde, Texas que dejó 19 niños muertos y dos profesores asesinados; el triste suceso desató el perenne debate sobre la regulación de armas
RegeneraciónMx.- El presidente Joe Biden y su esposa Jill, acudieron a Uvalde, Texas a despedir a los 19 niños y dos maestros que fueron asesinados en un ataque barbárico que desató el perenne debate sobre la regulación de armas en Estados Unidos.
Las familias de las víctimas exigieron al presidente Biden su ayuda para impulsar la regulación de armas.
«Haz algo», le gritaron al presidente los vecinos y visitantes que llegaron de comunidades aledañas a solidarizarse con los deudos. El mandatario les respondió: «¡lo haremos!».
Pero las posibilidades de que Joe Biden haga «algo» parecen escasas, dado el limitado alcance del Poder Ejecutivo para remodelar las leyes sobre armas de fuego y las dificultades de la administración para ejercer su voluntad en Washington. Y, a pesar del clima de luto nacional, no hay señales de un cambio fundamental en la complicada política que permite a la minoría republicana del Senado bloquear una acción significativa en materia de legislación sobre armas.
Como es habitual, después de una horrible matanza o tiroteo, en el Congreso se escuchan ruidos optimistas de que es posible una reforma gradual de las armas de fuego. Pero la cruda lección de la historia reciente es que el impulso se desvanece con cada día que pasa después de la carnicería.
Los presidentes viajan a los lugares de las tragedias para expresar la solidaridad y la empatía de un país conmocionado, para intentar ofrecer un mínimo de consuelo a los familiares de los fallecidos y para galvanizar el dolor colectivo en un momento de unidad y acción nacional.
El costo de esta postura filosófica absolutista, que conduce a la disponibilidad generalizada de armas mortíferas y a los asesinatos en masa habituales, quedó dolorosamente revelado en una desgarradora entrevista realizada por Dana Bash, de CNN, a Adrián Alonzo, que pasó todo el día del martes intentando encontrar a su sobrina, Ellie García, solo para descubrir que estaba entre las personas que perecieron.
Joe Biden será uno más de los presidentes que se quedan atados ante la regulación de armas.