Hesse encontró paz en una librería donde empezó a trabajar como voluntario; ahí nació su pasión por la literatura. Su obra fue censurada por los nazis
Regeneración, agosto de 2019. Hermann Hesse, considerado uno de los grandes escritores del siglo XX, cumplió 57 años de haber fallecido, el 9 de agosto. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1946.
A su muerte, se convirtió en una figura de culto en el mundo occidental.
En su primer juventud el autor vivió graves choques entre su personalidad y el rígido mundo evangélico en el que nació.
Hesse vendió 140 millones de copias en todo el mundo y fue uno de los dos únicos autores suizos en ser galardonado con el Nobel de Literatura.
Herman Hesse nació en Calw, en el estado federado de Baden Württenberg, Alemania en 1877, y murió en Montañola, Suiza, en 1962.
Sus escritos contienen ideas filosóficas y místicas basadas en su propia vida, entre sus obras más destacadas se encuentran Demian, Bajo la Rueda, Siddhartha y El Lobo Estepario.
Encontró paz en una librería
Hijo de un misionero, ingresó en un seminario, sin embargo, nunca se adaptó al sistema escolarizado y abandonó la escuela, cuestión que plasmó en su libro Bajo la Rueda, que incluye una descripción de la rígida educación evangélica.
Después pasar por otras escuelas, un intento de suicidio y una experiencia de trabajo en una fábrica.
Hesse al parecer encontró paz en una librería donde empezó a trabajar como voluntario; ahí nació su pasión por la literatura.
Las críticas del público a sus primeras obras, la muerte de su padre y la enfermedad mental de su mujer María Bernoulli, con quien tuvo tres hijos, le provocaron una crisis a inicios del siglo XX.
Este episodio lo superó con ayuda del psicoanálisis y la pintura.
Sin embargo tuvo que abandonar la Academia Prusiana de las Artes pues sus letras fueron censuradas por los nazis, quienes las consideraron inadecuadas con la ideología nacionalsocialista.
Contestaba de propia mano miles de cartas que recibía
El Archivo Literario Suizo recibe con regularidad misivas descubiertas en el diván de los familiares de aquellos que mantuvieron correspondencia con Hesse. El propio escritor conservó unas 40.000 piezas de correspondencia a su nombre.
Gran parte de esta comunicación epistolar se encuentra en Berna y otro buen número en el Archivo Literario Alemán de Marbach.
Entre ellas se encuentran firmas de personalidades como la del autor suizo Robert Walser, el escritor austriaco Stefan Zweig, o la correspondencia que Hesse mantuvo con el psicoanalista J.B. Lang.
Además de colegas literarios, pintores y músicos, Hesse se escribía con personas “comunes”, que lo admiraban en todo el mundo.
Hay cartas procedentes de Tel Aviv, Santiago de Chile, Nueva Delhi, Tokio, varias ciudades de EE.UU. y del continente europeo.
El Premio Nobel de Literatura (1946) era bien conocido por la atención que prestaba a su correspondencia. Dedicaba más de una tercera parte de su tiempo de trabajo a las misivas, según Volker Michels, lector y editor de la casa Suhrkamp, que imprimía sus obras.
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