En tiempos de redes sociales, la comunicación, no solo a través de soportes electrónicos, sino también verbal, se basa en la repetición de frases cortas prediseñadas que provienen de redes sociales.
Por Miguel Martín Felipe Valencia
RegeneraciónMx, 12 de septiembre de 2022.- En textos pasados hablé acerca del panorama posmoderno en el que algunos autores como Antoni Brey o Mark Fisher nos sitúan actualmente.
Brey postula que, contrario a lo que se piensa, no somos la sociedad de la información, sino la sociedad de la ignorancia. Según el autor, experimentamos una muy desafortunada paradoja causada precisamente por la disponibilidad irrestricta y virtualmente gratuita de la información, pues, aunque muchas generaciones anteriores soñaron con tener en la palma de su mano todo el conocimiento del mundo, aquella que realmente lo tiene, solo lo ocupa de manera utilitaria, para salir del paso y sin profundizar ni contextualizar. Esto lo podemos ver incluso en los hábitos que el grueso de la población tiene para informarse, ya que se prefiere acudir a material audiovisual de muy corta duración y lo más condensado posible.
Lo anterior va incluso más allá de aquello de lo cual se lamentaba Ignacio Ramonet en su ensayo de 1993 llamado Informarse fatiga, donde el teórico español de la comunicación señalaba que el acto de informarse requiere profundización y compromiso, lo cual no se encuentra presente en los noticiarios televisivos que están diseñados bajo el esquema de infotainment, es decir; entretenimiento disfrazado de información, y donde, para la época en que Ramonet publicaba dicho ensayo en Le Monde Diplomatique, era el modelo que estaba totalmente en boga a nivel mundial. Sin embargo, dicho modelo se ve superado por las prácticas de esta época en lo que a vacuidad se refiere.
Por otro lado, Mark Fisher, en su libro Realismo capitalista: ¿no hay alternativa?, señala que el esquema capitalista nos ha orillado a un estrés perenne causado por la inclemente dinámica laboral y mercantil, al tiempo que el aparato mediático y la industria cultural nos han hecho entrar en una era post literaria, donde el libro y todo lo que éste representa culturalmente se han visto superados y van quedando poco a poco como un concepto obsoleto que simplemente ya es incompatible con el esquema mental de las masas, cuya capacidad de retención y asombro los hacen preferir los contenidos digitales y la interacción en redes sociales. Así, la sabiduría popular, que antaño se había basado en frases literarias, ahora se reduce a una unidad a la que se puede calificar de básica en más de un sentido.
Si para los astrólogos estamos en la era de Piscis, quienes analizamos los temas sociales, sin duda hemos de caracterizar la época actual como la era del meme. El término realmente no es todo lo novedoso que pudiera parecer en primera instancia. Fue acuñado por el sociólogo Richard Dawkins en 1977, basado en la siguiente analogía: si la unidad básica de la herencia genética es el gen (gene en inglés), la unidad básica de la memoria es el mem (meme en inglés). En tiempos de redes sociales, la comunicación, no solo a través de soportes electrónicos, sino también verbal, se basa en la repetición de frases cortas prediseñadas que provienen de redes sociales. ¿No se han detenido a contar cuántas veces al día repetimos clichés como “sí soy” o “literal”? Al parecer experimentamos una época de profundo vacío intelectual.
Y es aquí cuando podemos voltear a ver a muchos actores políticos de nuestra oposición. Se acabaron los ideólogos. El conocimiento es algo que se ve rebasado como valor o cualidad. Ahora destacan más, al grado de figurar como presidenciables, quienes supuestamente demuestran ser más valientes o patriotas, aunque ciertamente el rasero con que se miden estas cualidades es muy particular, puesto que se parte de nociones tales como que “López Obrador está destruyendo a México”, ergo, entre más se repudie al proyecto de gobierno o a la figura presidencial, más valentía y amor por la patria se estará demostrando.
Y es por eso que podríamos estar entrando en la era post epistémica, pues episteme es el concepto griego que se refiere al conocimiento.
Si bien muchos proponemos que las redes sociales se utilicen de formas más saludables para la psique colectiva, la verdad es que la tendencia global es irrefrenable.
Lo único que en este sentido puede consolarnos es que, a quienes peleamos desde esta trinchera, nos pueden combatir con gritos y sombrerazos, e incluso con acusaciones de ignorancia o resentimiento social, pero la verdad es que podemos estar tranquilos, pues se acabaron los ideólogos en la clase política conservadora y lo que nos queda es toda una caterva de “valientes”. Veremos de a cómo nos toca.
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