Regeneración platicó con César González-Aguirre (CDMX, 1990), curador y editor de la Plataforma de Imágenes Contemporáneas, quien montó la primera retrospectiva de Agustín Martínez Castro: Piratas en el boulevard. Irrupciones públicas, 1978 – 1988, que se exhibirá en el Centro de la Imagen hasta el 15 de julio.
Regeneración: ¿Cómo nació la idea de rescatar el trabajo de Agustín Martínez Castro?
CGA: El deseo viene de años atrás, cuando en el Centro de la Imagen buscamos generar para este ciclo, un diálogo expositivo entre tres autores activos en la década de los ochenta y que reivindicaron otras formas de imaginar los cuerpos y las colectividades sexodisidentes. Autores desobedientes que nos abren múltiples maneras de palpar la imagen y su relación con contextos específicos de producción contra cultural.
Para este caso, las primeras pistas vinieron del fondo del Consejo Mexicano de Fotografía, del cual Martínez Castro fue vicepresidente en 1985, y que compone parte del acervo del Centro de la Imagen. En este se encuentran varias obras de Martínez Castro, de su serie Expediente 13 (1985) y Graffiti en el Bello Puerto (1980).
Regeneración: ¿Cómo rompió con la estética de su época?
CGA: Quebró los usos y manufacturas heteronormadas de la producción fotográfica. Martínez Castro retaba al mundo conservador de la foto, ironizando el status quo desde lo que llamaba “jotografía”. Si bien varios autores se sumaron a las reivindicaciones sexuales del momento, la gran mayoría conformó una cárcel para las manifestaciones creativas que hacían uso de técnicas experimentales en el tratamiento de la imagen y las representaciones identitarias.
En Piratas en el boulevard hago uso del término pirata, para hablar de cuestiones identitarias en constante flujo y de técnicas experimentales relacionadas a lenguajes de lo común: la fotocopia. Una parte importante del trabajo de este autor, emplea a la neográfica y las copias electrostáticas realizadas en Xerox, para cuestionar el papel aurático presente en la obra de arte. Considero también que, en las imágenes de Martínez Castro, la fotocopia se vuelve un síntoma y consecuencia, de la rebeldía del género en aquel entonces. Una fotocopia intervenida, nos hace pensar en otros usos de la imagen, asociados a tecnologías más callejeras y vinculados a la esfera del activismo.
Regeneración: Su trabajo ¿se puede dividir entre el fotoperiodismo y la fotografía artística?
CGA: El trabajo de este autor cuestiona material y conceptualmente los géneros tradicionales asociados a la fotografía. Más que un fotoperiodismo, su trabajo tiene una mirada empática y cercana con su comunidad retratada. Su formación fue en Comunicación, por lo que operó con mayor libertad y desenfado, moviéndose entre el activismo y el arte.
Regeneración: ¿El portafolio de Agustín Martínez Castro lo tiene algún coleccionista o a quién le pertenece?
CGA: La exhibición es posible gracias al préstamo de piezas y documentos procedentes de cinco colecciones institucionales y once particulares. La muestra incluye un total de 228 obras que abarcan fotografías, pinturas, serigrafías, documentos, videos, y revistas.
Regeneración: De ese portafolio ¿cómo discriminaste el material y cómo encausaste la exposición?
CGA: La exhibición está conformada por tres irrupciones públicas a manera de núcleos temáticos, haciendo eco a la aparición en la calle, de las homosexualidades militantes con las que colaboró Agustín Martínez Castro. Con el deseo de generar un puente entre el activismo de calle y el relacionado al goce teatral y corporal de la época, la muestra incluye un intermedio a manera de función teatral, así como una intromisión vouyerista que da cuenta de la micropolítica de ese momento. Como espacio de consulta, existe un centro documental donde los visitantes pueden acceder a materiales relacionados al Centro de Investigación y Documentación de las Homosexualidades en México, “Ignacio Álvarez” (CIDHOM), y llevarse consigo algunos facsímiles de documentos fundacionales del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria, FHAR.
La selección del material que incluye la muestra, responde también a generar un diálogo entre Martínez Castro y otras complicidades artísticas de su entonces, como con el Taller de Documentación Visual, el FHAR, y María Eugenia Chellet.
Regeneración: ¿Martínez Castro perteneció al grupo Peyote y la Compañía o sólo del Grupo Fotógrafos Independientes?
CGA: En 1979 Agustín Martínez Castro se integra al Grupo de Fotógrafos Independientes (GFI), colectivo que Adolfotógrafo (Adolfo Patiño) había bautizado en 1977, y al que también pertenecieron Armando Cristeto, Adolfo González, y Xavier Quirarte. Los colaboradores fueron varios durante su existencia. Por ejemplo, Rogelio Villarreal, fundador de la revista La regla rota, también colaboró con esta colectividad.