‘Voy contra los grupos radicales de izquierda’ proclama la ahora senadora del PAN. Sonora votó por un cambio democrático no por cacería de opositores
Regeneración, 11 de junio del 2020. Y ciertamente la invitaron para contender como senadora de Morena por Sonora y en su momento contribuyó con la ola que barrió a los partidos neoliberales. Pero ahora Lilly Téllez se pasa al PAN, mismo que fue derrotado en las urnas.
¿Votó por el PAN Sonora?, NO. Y… la puntualización de hechos y análisis de posiciones políticas en la columna Suave Matria, entrega III.
Lilly Téllez: traición, mentiras y dislates disfrazados de congruencia.
Por Beatriz Aldaco
Rebotes malsanos.
Una periodista pelea una senaduría contendiendo en fórmula por un partido y coalición, gana la elección, pasado un tiempo se declara independiente y después se suma a otra bancada cuyo programa político se opone en temas medulares al del partido de origen.
Esa serie de rebotes no incumple ninguna ley, pero, ¿qué consecuencias políticas acarrea?, ¿qué intereses vulnera una maniobra así?
Adelantándonos, diremos que vulnera los de la democracia, específicamente la voluntad y el sufragio de los ciudadanos, la representatividad de quienes votaron por determinadas propuestas basadas en el ideario del partido o alianza que respaldó ala contendiente, no importa que ésta haya participado como candidata externa.
Los componentes de la traición.
El problema no es renunciar a una bancada o convertirse en legisladora independiente, sino decidir engrosar las filas de una fracción parlamentaria que enarbola principios opuestos al del partido que llevó a obtener el escaño.
La renuncia de la senadora Lilly Téllez (LT) a la bancada de Morena, un caso aislado puesto que no forma parte de un movimiento o estrategia mayor, no afecta a los morenistas, al contrario, hay que recordar el intento fallido de expulsión de la legisladora de esas filas precisamente porque contravenía, con algunas de sus intervenciones y proclamas, principios fundamentales del Movimiento de Transformación Nacional.
Sin embargo, vale la pena dejar asentada la falta de ética de su proceder, develar las graves e irresponsables acusaciones que ha proferido una vez instalada en la bancada del PAN, las mentiras que ha declarado y la forma como pretende hacer pasar su actuación moralmente reprobable como un acto congruente e inmaculado.
Los equívocos de origen
Lilly T ha hecho mucho énfasis en que, al invitarla a participar, el ahora presidente de la república la necesitaba.
Asegura y tiene razón no obstante los reparos que muchos hicieron a esa decisión, que su nombre conocido fue “rentable”en su momento para Morena, pero también es cierto que la fórmula encabezada por Alfonso Durazo habría resultado ganadora independientemente de quién acompañaraal futuro secretario de Seguridad en ella. Así estaban las condiciones en Sonora al igual que en otras partes del país,y ejemplos abundan.
“A pesar de que no soy de izquierda, a pesar de que no compartí muchos puntos, a pesar de todo eso me invitaron, tanto así me necesitaban, yo no les pedí”, declaró, como dando a entender que ella fue una pieza fundamental para ganar la contienda. Pero en plena campaña, al preguntársele si se sentía responsable del crecimiento que había tenido Morena en Sonora, respondió:
“Creo que hemos ayudado a que crezca, pero no en la medida en que ha ayudado a que crezca el mismo López Obrador, nosotros estamos reforzando lo que él ha hecho”. Es decir, se veía a sí misma como un personaje de soporte y no protagónico, algo que ahora ya no sostiene.
Si ella hubiera contendido por algún otro partido en la elección, habría perdido. Un perfil con presencia pública compitiendo por el PRI o el PAN no era suficiente para borrar el hartazgo de los ciudadanos con respecto a esas organizaciones, y por los partidos pequeños también hubiera sido imposible obtener el triunfo.
Pero a LT le es imposible asumirse como representante de un conglomerado de electores cuyo voto estuvo notablemente influido por el llamado “efecto AMLO”, que llevó a la presidencia al candidato y logró una arrasadora mayoría del partido Morena en las dos cámaras del Congreso de la Unión.
Haciendo alarde de un marcado individualismo, ha declarado: “Me fui porque tengo que cumplir la palabra que di a los sonorenses, más allá del partido, más allá de las circunstancias, tengo que cumplir mi palabra”.
Una “representante popular” que sólo se representa a sí misma.
“Cumplir su palabra” sería trabajar por los retos de la Cuarta Transformación, pues ésa fue la voluntad de los electores al elegirla, pero ella utiliza ese imperativo para “cumplirse” a ella misma, como si los electores hubieran votado única y exclusivamente por su persona y su particular visión del mundo y de la política, y no por el cambio de régimen. En una entrevista aseveró: “Yo pedí el voto para mí”.
Ha desdeñado la opción de mantenerse independiente porque aduce que “sola no puede trabajar y no trabajar es traicionar a los sonorenses”, cuando lo cierto es que la traición ya está hecha y es de ella a la plataforma política que utilizó en su campaña y al conjunto de electores que votó por ella, precisamente a los que dice no querer traicionar.
Otra digna alternativa habría sido dejar el lugar a su suplente como es bastante común por diversos motivos entre los legisladores propietarios, pero ella prefiere abonar a la causa panista, con la que dice sentirse plenamente identificada, condición que debió haber tomado en cuenta antes de aceptar la invitación de contender por la 4T.
Dado que su filiación al ideario panista no es reciente, vale preguntarse:¿estaría todo planeado desde el principio? El PAN es el partido adversario por excelencia de Morena. De derecha y con grupos de ultraderecha en su interior, conservador, antiprogresista y neoliberal, representa precisamente lo que la 4T se ha comprometido a combatir.
Las razones esgrimidas
En las diversas entrevistas que ha dado, LT ha esgrimido las siguientes razones por las que dice haber renunciado a la bancada de Morena para luego sumarse a la del PAN:
1.- Su rechazo a la “izquierda radical”, a la “pandilla de fanáticos”(Héctor Díaz Polanco, Manuel Bartlett, Irma Eréndira Sandoval, Pedro Salmerón, Epigmenio Ibarra son algunos de los que ha mencionado) que, dice, están imponiendo su agenda en la política nacional, de los cuales no desea “ser cómplice”: “Los sonorenses no trabajamos para una pandilla de fanáticos de izquierda”, ha dicho.
Hablando por los sonorenses como si realmente los representara y no hubiera hecho de lado los principales ideales de la 4T, pretende hacer creer que la transformación encabezada por Andrés Manuel López Obrador busca un cambio absoluto y de raíz en México, con el tránsito del capitalismo al socialismo (simplificando extremadamente el concepto de izquierda radical). Nada más absurdo y falso, como puede comprobar fácilmente quien conozca las más elementales definiciones de capitalismo y socialismo y esté enterado de las acciones del gobierno federal.
Convendría que Téllez se aplicara más en conocer y estudiar los conceptos que utiliza y no hablara a la ligera sólo para salir del paso y camuflar sus decisiones personales en arranques de terror por un demonio socialista inexistente, acicateado en su imaginación con la referencia a que “gran parte de los senadores en realidad admiran a regímenes como el de Venezuela. A Evo abriéndolo la casa, trayéndolo a México, paseándolo, cuidándolo. Ya hubiera querido yo que hubieran tenido un 1% de ese trato, de esa compasión, por las víctimas en el caso de la masacre de la familia Le Barón”.
Incongruente comparación entre el uso de una figura legal como el asilo político y el deleznable asesinato a un grupo de niños y mujeres que el gobierno atendió desde el principio.
Corona sus señales paranoicas esta frase: “Hay una tendencia de crear una lucha de clases que es una de las bases que llevan a ser de izquierda radical”, es decir, para ella la lucha de clases es algo que los políticos, en este caso AMLO y sus operadores políticos, crean, inventan, dicen que existe. En esta aseveración,las contradicciones en el seno y desarrollo de la Historia están ausentes.
Y para concluir con este punto, LT abandona una bancada por el supuesto radicalismo de izquierda de algunos de sus integrantes, pero no le importa sumarse a otra señalada por cobijar a radicales de derecha, como algunos miembros o simpatizantes de “El Yunque”.
2.- El dolor que provocó en su corazón el saludo del presidente a la mamá del Chapo Guzmán: “Me partió el corazón, fue una cachetada que todavía me duele”. El dramatismo es un recurso de la literatura, también de las telenovelas, pero en política es completamente fallido, eso debería saberlo la senadora.
3.- Que el gobierno no haya reconocido la gravedad de la pandemia a tiempo, y que López-Gatell haya politizado su manejo.
Por el puesto que desempeña, es muy extraño que LT no haya estado atenta desde el mes de febrero a las conferencias anticipadas sobre el coronavirus y a todas las subsiguientes, más de cien al momento; que recurra al desatino de un “manejo político”cuando en todo el trabajo de atención a la pandemia ha prevalecido el apego a la ciencia y a los protocolos internacionales que se han ido adaptando a las circunstancias mexicanas.
Lo curioso es que, teniendo el micrófono, LT no aclare en qué consiste ese manejo político que alega. En lugar de ello, llama “merolico y demagogo” al subsecretario: “Las cosas no son como las ha señalado López-Gatell, no hay ninguna curva aplanada, no hay ninguna curva doblada (…) y efectivamente hay muchos más muertos de los que él ha dicho (…) y esa sí fue una gota que derramó el vaso para dejar la bancada. ES NEGLIGENCIA CRIMINAL” (las altas son mías).
4.- El “mal manejo” de la economía
Según LT, “para el presidente ya no cuenta el PIB (no está enterada de que ese indicador se seguirá utilizando en México aunado a otro en elaboración, más acorde con el concepto de bienestar), ni la libre empresa (aquí la enviamos a buscar este concepto en Wikipedia -la plataforma es buena-,para que pueda corroborar lo desapegada de la realidad que está su afirmación), ni la generación de empleo (en este momento la invitamos a leer los informes de la Secretaría de Economía para que hable con cifras en la mano), sino el bienestar (¡sí!, de acuerdo, a este gobierno le interesa el bienestar), y que te lo dé el Estado a través de sus programas”.
Con esa última frase descubrimos que le molestan programas como la pensión a adultos mayores y a personas con discapacidad, las becas de un año a jóvenes para que se encarrilen en un empleo u oficio, los apoyos económicos a niños y adolescentes en extrema pobreza que estudian en una escuela pública, entre otros.¿Será que ella no necesita ninguno de esos apoyos y eso es suficiente para desestimarlos?
Y es que LT parece tener una visión reduccionista y dicotómica de los fenómenos y acontecimientos, como lo comprueba con esa frase pescada en Google que tuiteó hace unas semanas atribuyéndosela equivocadamente a Abraham Lincoln: “No se puede beneficiar a los débiles perjudicando a los fuertes” (William John Henry Boetcker).
Se ha referido varias veces al “odio a los empresarios” por parte de este gobierno, sin especificar en qué consiste ese odio. ¿Será que para ella requerir que los hombres y mujeres de negocios paguen impuestos y no crearles otro Fobaproa, significa “odio a los empresarios”?
5.- Censura.
Sin mayor atención porque no la merece, puesto que está a la vista de todos que nunca había habido en México mayor respeto a la libertad de expresión (una prueba es ella misma lanzando acusaciones públicas graves contra funcionarios y legisladores, lo que más bien es abuso de esa libertad) como ahora, dejamos consignada esta jocosa frase suya: “Hay intentos más graves de censura hoy que los que yo vi en el PRI y el PAN” (sic).
¿Un presidente manipulable?
Una de las declaraciones más ofensivas de la exsenadora de Morena es que describe al presidente como cándido, ingenuo y manipulable: los “fanáticos de izquierda” allegados a AMLO (a quien califica de honesto y libera del horror de ser de “izquierda radical”) le mienten, lo desorientan, lo mal aconsejan, lo envenenan, asegura.
Desconociendo una de las más grandes fortalezas del presidente que es su apertura a los ciudadanos, su cercanía con la gente, su experiencia cotidiana desde hace décadas en toda la geografía del país, espeta el siguiente disparate: “se está quedando en una burbuja (sic) en la que escucha mentiras y muy malos consejos”.
Una contradicción es que a los mismos que tilda de ser los artífices del “hoyo” al que va a México al manipular a AMLO, los llama lacayos que se arrodillan ante él como si fuera un dios. ¿Por fin? ¿Son lacayos o son quienes verdaderamente mandan en el país aprovechándose de la ingenuidad del presidente?
Accesos de jactancia.
En nada ayudan a la figura de por sí desprestigiada de la senadora,ostentaciones como las contenidas en estas frases:
“No pueden entender (los integrantes de la bancada morenista) que una persona los deje, como los he dejado yo” (sic).
“Quiero sentar un precedente de una senadora no arrodillada ante nadie” (¿todos, antes de ella, han sido legisladores arrodillados ante alguien?).
“El grupo parlamentario del PAN sabe que soy libre, salvajemente libre” (ya hablamos del dramatismo).
“Voy contra los grupos radicales de izquierda” (nuevamente el individualismo exacerbado: ¿ella sola?).
“Si no estás en una bancada no sirves de nada, te quedas como un quijote y yo tengo muchas batallas que pelear”. Después de esta expresión personalista que utiliza con flagrante ignorancia el término “quijote”, Cervantes debe estar muy decepcionado en su tumba por no haber podido seducir a una legisladora para que leyera su obra y comprendiera la profundidad y el simbolismo de su personaje más entrañable.
Nota de la autora: Me he tomado la licencia de utilizar el término “sic” aun cuando las declaraciones citadas no son escritas, sino orales.
–Beatriz Aldaco* La Matria (II)
Véase La Matria I, La caravana Anti-AMLO y los ardides de la sinrazón