Por Ana Esther Ceceña y Pablo González Casanova*
Desde la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, denunciamos con indignación el nuevo y mortífero ataque a la autodeterminación del pueblo heleno por parte de la Troika, integrada por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo (BCE), en abierta complicidad con la Banca privada, las transnacionales y los principales “líderes” europeos.
Pero si es indignante la historia de cómo fue la propia institucionalidad europea y sus aliados los que endeudaron a Grecia fraudulentamente, todo por supuesto bajo el amparo de gobiernos colaboracionistas, más indignante y escalofriante resulta saber cuáles han sido los resultados de los ajustes y los “rescates” que dicha institucionalidad ha impuesto en los últimos seis años y que le exige al gobierno de Tsipras que profundice para “salir de la crisis”. Si bien el endeudamiento fue la principal excusa que se utilizó para intervenir Grecia, la verdad del caso es que desde que se puso en marcha el primer rescate en 2010, la deuda pública griega aumentó en lugar de reducirse: en 2009, representaba el 126% de su PIB (unos 301.000 millones de euros), mientras que hoy día, luego de los fortísimos recortes de gasto público que se han aplicado, sin precedentes en ningún país en la Europa de posguerra, ésta asciende a un 180% de su PIB, es decir, unos 317.000 millones de euros. Ningún dato macroeconómico ha mejorado tras la intervención de los expertos y la aplicación de la austeridad y los ajustes que, según ellos, “procuran sanear y equilibrar las cuentas”: el PIB cayó en 25% del PIB; el consumo de alimentos de la población en 28,5%; 61% ha sido la reducción media de las pensiones; el 45% de pensionistas viviendo por debajo del umbral de pobreza; 26% de desempleo y más del 50% de desempleo juvenil, todo lo cual ha desatado una fuerte ola migratoria, además de considerarse un factor determinante en el aumento del 35% en el número de suicidios en el país, registrado desde 2011.
Una vez más queda al descubierto la cara real del capitalismo al empujar sin misericordia al pueblo griego al borde del precipicio, con la intención manifiesta de completar su plan de apropiación del país y de sus habitantes. La presión ha aumentado tras la convocatoria del Primer Ministro, Alexis Tsipras, a un referéndum que se realizará el 5 de julio para conocer si el pueblo griego acepta o no las condiciones impuestas por la Troika para proseguir el programa de la reestructuración de la deuda. Referéndum que les ha quitado además la careta sobre lo que realmente piensan de la democracia que dicen defender.
Ante el mecanismo deshumanizado de endeudamiento dentro del cual los dueños del poder económico se vuelven los acreedores de una deuda promovida por ellos mismos; ante los programas de austeridad exigidos y que recaen no sobre los que más tienen sino sobre un pueblo que es empujado cínicamente hacia la miseria, hacemos un llamado a los pueblos del mundo para que hagan escuchar su indignación ante tal aberración capitalista, al tiempo que extiendan un abrazo de amor y solidaridad hacia los hombres y las mujeres de Grecia que este domingo 5 de julio decidirán soberanamente sobre el rumbo que tomará la República en materia económica.
Como ha dicho Tsipras, el pueblo que inventó la democracia dará a los europeos lecciones de democracia. La nación que supo ser una grandiosa civilización mucho antes que cualquier otro país europeo se pondrá sobre sus pies y levantará la cabeza. El pueblo que rechazó el ultimátum de las fuerzas fascistas en plena guerra mundial y que resistió heroicamente, mientras otros simplemente se rindieron, dará de nuevo un gran NO. En Grecia, como en Venezuela, Siria, Ecuador y otros lugares, se juega la democracia y el futuro de la humanidad.