Debe ser terrible perder fama y mantenerla artificialmente sin la lozanía de la juventud, y ‘trabajar’ saliendo a cuadro para demostrar que el ‘mirreinato’ se encuentra en franca decadencia. Sin duda ya son otros tiempos.
Por Miguel Martín Felipe Valencia
RegeneraciónMx, 29 de enero de 2022.- Hubo una época en que las mentes de la población mexicana estaban dominadas por la industria cultural construida por Televisa. El medio del espectáculo nos presentó como ‘artistas’ a personas con nula preparación y muchos privilegios, que se podían colocar en cualquier producción televisiva para hacer realmente nada, pero aun así ganarse la admiración y simpatía del público.
En 1993 Televisa lanzó un canal de televisión por cable llamado Telehit, con contenidos encaminados a captar audiencias juveniles. Aparte de videos musicales, la apuesta de este canal fue presentar a toda una caterva de adolescentes tardíos, generalmente hijos de empresarios o productores bien relacionados al interior de la empresa. Así surgieron dos figuras que hicieron época en lo que a la televisión basura se refiere: Esteban Arce y Jorge ‘El Burro’ Van Rankin. En el programa llamado El Calabozo hicieron época con el llamado ‘humor manchado’, que consistía en un ambiente de bullying y cuya víctima preferida –y muy recurrente– era el ahora finado Samuel ‘Sammy’ Pérez, entonces miembro constante entre el público y que evidenciaba retraso mental.
Al día de hoy, Van Rankin literalmente vive de contar anécdotas de su provechosa vida de parrandas que disfrutó en compañía de ‘mirreyes’ como Luis Miguel, Roberto Palazuelos o el propio Arce, en el programa llamado Miembros al aire, que se emite por el canal Unicable y donde básicamente las viejas glorias del ‘mirreinato’ rememoran su época dorada. Por su parte, Esteban Arce se mantiene vigente conduciendo el programa Matutino Express, trinchera que ha aprovechado para dejar ver un pensamiento misógino y ultraconservador que lo ha metido en problemas con diversas figuras públicas, y ante lo cual Televisa siempre lo ha protegido.
Otro auténtico ‘nini’ encumbrado gracias a que se le promocionó como ‘irreverente’ es Facundo Gómez, aunque convenientemente se prescindió de su apellido por una cuestión de marketing. Ya he escrito acerca de este personaje y de cómo promovió y normalizó las prácticas de bullying a través de la legitimación televisiva, que lo era todo a finales de los 90 y principios de los 2000.
Quien ahora se encuentra de actualidad es Roberto Palazuelos, debido a que Movimiento Ciudadano ha contratado sus servicios como candidato a gobernador de Quintana Roo con miras a la elección del próximo 5 de junio. Palazuelos es tercera generación en una estirpe de abogados. Con todos los recursos a su alcance, ha tenido la oportunidad de volverse empresario y actor, mandarse juergas con los hijos de Miguel de la Madrid y en ellas hacer uso de aviones de la Fuerza Aérea Mexicana y ocupar como servidumbre de lujo a miembros del Estado Mayor Presidencial y el Ejército Mexicano. A la par de promocionar su flamante candidatura, se ha asociado con Vicente Fox en un emprendimiento alrededor de la marihuana medicinal; una empresa llamada Paradise, cuyo emblema no duda en mostrar en cuanto espacio mediático se le abre.
El su libro El origen de la tragedia, Friedrich Nietzsche sostiene la interesante tesis de que el star system es una actualización del panteón griego, puesto que esos llamados ‘artistas’ cumplen la misma función de los dioses y héroes helénicos: vivir la vida que nosotros quisiéramos, pero nunca podremos. Celebro que estemos viviendo una época muy distinta, en que esos falsos dioses están en franca decadencia, aferrándose a un Olimpo ruinoso que solo algunos siguen adorando prófugos de la politización y el cambio de rumbo que se ha dado en un país que cada vez aprende más a cultivar el pensamiento crítico y a tener bien presentes los errores del pasado para nunca más repetirlos. Debe ser terrible perder fama y mantenerla artificialmente sin la lozanía de la juventud, y ‘trabajar’ saliendo a cuadro para demostrar que el ‘mirreinato’ se encuentra en franca decadencia. Sin duda ya son otros tiempos.
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