Aunque Meade presuma, la economía mexicana está muy lejos del 5 o 6 por ciento de crecimiento que prometió Peña Nieto cuando estaba en campaña.
Regeneración, 14 de septiembre de 2017.- Como si fuera todo un logro, el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, se congratuló de que por primera vez desde el 2008, el gobierno no tendrá que pedir prestado para pagar los intereses de deuda.
Durante su participación en la convención Nacional de la Canieti, el secretario dijo: “Desde un punto de vista en el que abundaremos hacia adelante, las finanzas públicas se entregan en una buena trayectoria: tendremos un superávit primario, habíamos comprometido sería de 0.4%, pero tomando en consideración los remanentes del Banco de México (Banxico) será de 1.5%, por primera vez desde el 2008, y estamos planteando volver a tener un superávit primario el año que entra”.
“Eso quiere decir que por primera vez desde el 2008 no tendremos que salir a pedir prestado para pagar los intereses de nuestra deuda”.
Con una postura francamente optimista ante los empresarios, académicos e inversionistas que se congregaron en la convención, y subrayó que existen “mejores perspectivas” para México.
Sus dichos, sin embargo no pueden estar más alejados de la realidad, pues aunque baje las estimaciones de crecimiento, México ha tenido un crecimiento muy pobre que no supera el 2 por ciento anual, pese a la aprobación de las reformas estructurales que supuestamente significarían mayores inversiones y crecimiento.
Recordemos que la promesa de Peña Nieto en relación al crecimiento de la economía proyectaba de un 5 a 6 por ciento anual, lo que evidentemente no ha pasado.
Ni si quiera las políticas fiscal y monetaria expansivas implementadas al inicio del sexenio de Peña Nieto han podido librar a México de la maldición de crecer a niveles de 2% anual.
«Los Pre-Criterios aceptan que la economía presenta desaceleración en el 2017 y que reportará una aceleración en el 2018 (…) En resumen, la economía se enfila a “repetir su historia” de cada fin e inicio de sexenio: desaceleración en el penúltimo año, aceleración el último año, y desaceleración otra vez en el primer año del siguiente gobierno. La economía al parecer se ha librado de las crisis de fin de sexenio pero no de la maldición del freno-arranque de cada cambio de gobierno», dijo el director general para América Latina de Moody’s Analytics, Alfredo Coutiño, para Expansión.
Según el analista, Hacienda incrementó su nivel de endeudamiento desde 2013, mientras el Banco de México mantuvo su tasa de interés referencial en niveles históricamente bajos, incluso con la caída frente al dólar; esto significó mayores desequilibrios en la economía mexicana.
Aunque Meade se congratule y presuma sus números, los analistas económicos internacionales prevén que el crecimiento se desacelere a 1 por ciento en 2017 y 0.5 por ciento en 2018.
Vía Expansión y Proceso.