Nuevo Léon: Médicos por «objeción de conciencia» lisa y llana podrán discriminar a pacientes y negarles el servicio de salud
Regeneración, 21 de octubre del 2019. Nuevo León. Médicos podrán negarse a cumplir el juramento hipocrático por disposición de la Cámara de Diputados local quién votó en una ley en ese sentido por abrumadora mayoría de 35 votos a favor, 5 en contra y una abstención.
Médicos podrán simple y llanamente invocar «objeción de conciencia».
En el ordenamiento no existe ninguna taxativa o limitación del enunciado, quedando así a juicio del médico a quién debe o no atender.
La iniciativa modifica la fracción IV del artículo 48 de la ley, establece la “objeción de conciencia”.
Esta fue promovida por el diputado con licencia Juan Carlos Leal Segovia, del Partido Encuentro Social (PES).
María Guadalupe Rodríguez Martínez, del Partido del Trabajo (PT), presentó el dictamen que aprobaron los diputados neoloneses.
La reforma
“El personal médico y de enfermería que forme parte del sistema estatal de salud podrá ejercer la objeción de conciencia y excusarse de participar en la prestación de servicios que establece esta ley”.
Las reacciones del público en Nuevo León
-«Todo mal, mi padre que era médico especialista aquí atendiendo a muchos casos de gente con sida, es un enorme retroceso. Qué triste, todo mal».
-«Por supuesto qué violenta la ley, por dónde lo vean! Qué retroceso! Estamos en el siglo XVI?»
-«Esto es terrible y probablemente inconstitucional. Debería alguna organización o persona solicitar revisión por la Suprema Corte».
-«¿Qué chingados, Nuevo León?»
-«Que clase de diputados tenemos en N.L….vergüenza para el estado...son unos verdaderos estúpidos».
Voto en contra:
Soy una de las pocas diputadas de Nuevo León que votamos en contra, – señaló Marisela Saldivar, ya que la Objeción de Conciencia aprobada en la Ley General de Salud tiene una controversia constitucional impulsada por la CNDH y en Nuevo León replicamos el caso, sin pensar en la alta discriminación que ya tenemos.
Juramento hipocrático según la Convención de Ginebra, 1948
En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad.
Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento del que son acreedores.
Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad.
La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones.
Respetaré el secreto de quien haya confiado en mí.
Mantendré, en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Mis colegas serán mis hermanos.
No permitiré que entre mi deber y mi enfermo vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, partido o clase.
Tendré absoluto respeto por la vida humana.
Aún bajo amenazas, no admitiré utilizar mis conocimientos médicos contra las leyes de la humanidad.
Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor.