Militares de Madagascar: Presidente interino y transición

Madagascar: Militares disuelven instituciones. Gobierno interino. Referéndum constitucional y elección de autoridades bajo supervisión

Madagascar: Militares disuelven instituciones. Gobierno interino. Referéndum constitucional y elección de autoridades bajo supervisión

Regeneración, 14 de octubre de 2025. El ejército de Madagascar tomó el control de la isla del Océano Índico. Culminan así semanas de intensas protestas lideradas por jóvenes y la defección de unidades militares clave.

La acción se produjo inmediatamente después de que la Asamblea Nacional votara para destituir al presidente Andry Rajoelina, de 51 años, quien huyó del país en medio del creciente enfrentamiento.

El golpe marca un nuevo capítulo de inestabilidad política y social en una nación que, desde su independencia, ha luchado persistentemente contra la pobreza extrema y la fragilidad institucional.

Dato

En un comunicado, el coronel Michael propuso un período de transición de 18 a 24 meses .

Durante esta fase, previó la celebración de un referéndum constitucional y las elecciones necesarias para establecer gradualmente nuevas instituciones.

También indicó el nombramiento de un primer ministro de consenso , encargado de formar un gobierno interino capaz de supervisar esta transición.

Esta medida forma parte de lo que el coronel describe como una «reconstrucción» del país , con una reestructuración de las instituciones clave.

Esto, bajo la supervisión de un comité integrado por el ejército, la gendarmería y la policía.

Según los observadores, este período de transición busca estabilizar Madagascar tras varios ciclos de protestas populares, marcados por la ira de los jóvenes contra las élites políticas.

De las Protestas a la Toma del Poder

Las tensiones se intensificaron en Madagascar, país cuya edad media es inferior a 20 años, desde el 25 de septiembre, cuando estallaron manifestaciones iniciales por la escasez de agua y electricidad.

Sin embargo, estos reclamos se transformaron rápidamente en un levantamiento más amplio, canalizando la frustración social ante la corrupción, el mal gobierno y la falta de servicios básicos que han lastrado al país.

La ira social reflejó protestas recientes contra élites gobernantes en otras partes del mundo, como Nepal y Marruecos.

El punto de inflexión se alcanzó cuando unidades militares clave, incluida la élite CAPSAT (Cuerpo de Administración y Servicios del Personal del Ejército), rompieron filas con Rajoelina.

«La Alta Corte Constitucional de Madagascar ha invitado al coronel del ejército Michael Randrianirina a asumir las funciones de jefe de Estado, tras una declaración de los militares de que habían tomado el poder.»

Estos grupos militares se negaron a disparar contra los miles de manifestantes de la autodenominada Generación Z que se congregaron en la Plaza 13 de Mayo en Antananarivo.

En un día de agitación extrema, el presidente Rajoelina, que enfrenta acusaciones de ser un «títere francés» debido a su doble ciudadanía, intentó disolver la Cámara Baja del Parlamento por decreto para evitar su destitución.

No obstante, los legisladores lo ignoraron y votaron abrumadoramente para poner fin a su mandato.

Minutos después, el coronel Michael Randrianirina, comandante de CAPSAT y figura central del motín, subió al escenario en la Plaza 13 de Mayo y preguntó a la multitud:

«¿Están listos para aceptar un golpe militar?«, provocando un estruendoso «grito de aprobación».

Randrianirina, quien encabezó a los soldados sublevados, declaró posteriormente en la radio nacional: «Hemos tomado el poder«, confirmando la caída del gobierno.

CAPSAT: Historia de Intervención

La unidad CAPSAT ha desempeñado históricamente un papel crucial en la volátil política malgache.

Es una unidad de élite que previamente había sido instrumental en el ascenso al poder de Rajoelina en 2009.

En aquel momento, la fuerza militar respaldó el golpe de Estado que instaló a Rajoelina como líder de transición.

Sin embargo, su alineamiento cambió drásticamente en el contexto de las protestas de 2025.

El coronel Michael Randrianirina, un conocido comandante de CAPSAT, se puso al frente del motín y, junto con la gendarmería paramilitar y la policía, se unió a los manifestantes.

Esta deserción militar, que incluyó escoltar a los manifestantes a la plaza principal, aisló por completo a Rajoelina, allanando el camino para su destitución.

Randrianirina anunció que los militares estaban disolviendo todas las instituciones, excepto la Asamblea Nacional, que había votado para destituir a Rajoelina.

Además, informó sobre la suspensión de la Constitución y los poderes del Alto Tribunal Constitucional.

El líder militar prometió formar un consejo compuesto por oficiales del ejército y la policía, nombrar a un primer ministro y establecer «rápidamente» un gobierno civil, con la intención de celebrar un referéndum en dos años.

Madagascar: El ejército toma el poder El coronel golpista Michael Randrianirina declaró la disolución de todas las instituciones administrativas, excepto la cámara baja del parlamento. El Tribunal Constitucional instó a Randrianirina a «ejecutar la presidencia».

Décadas de Pobreza e Inestabilidad

Madagascar, el mayor productor mundial de vainilla y conocido por su biodiversidad, alberga a unos 30 millones de habitantes.

Lamentablemente, la historia de la nación insular se ha caracterizado por una crónica inestabilidad política y una pobreza generalizada desde que obtuvo su independencia del dominio colonial francés en 1960, incluyendo una serie de golpes de Estado.

Los datos socioeconómicos dibujan un panorama desalentador: aproximadamente tres cuartas partes de la población viven en la pobreza.

Según el Banco Mundial, el PIB per cápita se desplomó un 45% desde la independencia hasta 2020.

Esta crisis económica ha sido el caldo de cultivo para la reciente oleada de protestas; los manifestantes de la Generación Z, muchos de los cuales corearon eslóganes y ondearon la pancarta de protesta característica (una calavera y huesos cruzados de la serie de anime «One Piece»).

canalizaron la frustración por el alto costo de vida y la falta de acceso a la educación superior, en un país donde la pobreza afecta a cerca del 75% de sus habitantes.