Investigadores del Cinvestav descubrieron una molécula conocida como resveratol, esta se encuentra en las uvas, moras y cacahuates, ayuda a inhibir el crecimiento de células cancerosas
Regeneración, 8 de mayo de 2019. El Departamento de Genética y Biología Molecular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) realizó una investigación en donde se encontró que una molécula identificada como resveratrol, contenida en las uvas, las moras y los cacahuates, ayuda a inhibir la propagación de células cancerosas.
Los investigadores Patricio Gariglio Vidal y Jaime García Mena fueron quienes realizaron el estudio y descifraron los medios por los que este compuesto natural inhibe el crecimiento de células cancerígenas, además contribuye a eliminar la resistencia que se genera a fármacos como el cisplatino, medicamento que se usa en las quimioterapias con los que se tratan varios tipos de cáncer.
El cisplatino es muy usado debido a su eficacia en el tratamiento; lamentablemente este método tiene varios efectos secundarios como trastornos de la percepción y la audición, además de ser propicio a generar resistencia, señalaron los investigadores del Cinvestav.
El centro de investigaciones precisó que el estudio demostró que la combinación de resveratrol con cisplatino quita la resistencia que las células pudieron haber generado en un tratamiento de quimioterapia, esta composición ayuda a disminuir la cantidad de cisplatino suministrado, lo cual busca reducir significativamente los efectos secundarios.
El doctor Jorge Arturo Hernández Valencia, detalló que el estudio esarrolló en una línea celular de cáncer de mama resistente a cisplatino. “Al observar que esta combinación inhibía la proliferación celular y eliminaba la resistencia de las células, nos dedicamos a descifrar el mecanismo molecular por el cual el resveratrol quita los obstáculos para activar mecanismos de apoptosis”.
El estudio se publicó en la revista científica Nutrients, este demostró que el resveratrol activa la proteína p53, conocida como el guardián del genoma y sus genes que bloquean el desarrollo tumoral de las células, aumentando la presencia de proteínas como BAX, que se ocupan de activar la apoptosis (muerte de células cancerosas) y disminuye la expresión de la proteína BCL-2, encargada de la supervivencia de una célula.
Los grandiosos resultados de esta investigación fijan que el futuro es centrar las bases moleculares, pero sobre todo poder desarrollar un tratamiento oncológico para pacientes con cáncer resistentes, pero también podría atender a quienes inician con estos procedimientos médicos, refirió el investigador.