Regeneración, 11 de mayo del 2015. Monsanto es considerada una de las empresas con la peor reputación y la más nociva en la faz de la tierra. Su hambre comercial, conocida por su poca ética, ha alcanzado buena parte del alimento que circula en el mundo entero; así como a un sinfín de consecuencias negativas para el medio ambiente asociada al uso de sus productos agroquímicos que conlleva a la modificación genética de los alimentos. Es precursora de los cultivos transgénicos y también le pertenece el herbicida glifosato, que recientemente fue calificado por la Organización Mundial de la Salud como un cancerígeno: clasificado en su peligrosidad solo detrás del asbesto, un componente presente en la energía nuclear y los rayos X, así lo señaló Silvia Ubal en los Servicios de Información Indígena.
El glifosato es el herbicida más usado en la tierra; y es aplicado en más de 750 productos para la agricultura, forestales y urbanos. Figura además entre los agroquímicos más usado para los cultivos transgénicos.
Según la página web de la empresa, su principal desafío es «cubrir las necesidades actuales y preservar el planeta para el futuro», y que busca satisfacer la creciente necesidad mundial de alimentos y fibras, conservar los recursos naturales y proteger el medio ambiente. Pero en sus 113 años de existencia, y en más de 100 países la empresa ha trabajado en esferas muy diferentes, produciendo desde plástico hasta el agente naranja, sin embargo, allí donde Monsanto se encuentra presente, sólo se vislumbra muerte, privatización de tierras, amenazas a campesinos, contaminación, enfermedad y destrucción del medio ambiente.
Monsanto fabrica defoliantes cancerígenos que envenenan al Planeta
Agente naranja, armas nucleares, PCB, Poliestireno Dioxina…La historia ha demostrado más de una vez los efectos de las creaciones de Monsanto. Aquí tienen una lista de los más peligrosos que la multinacional ha lanzado al mercado más de un siglo envenenando al planeta.
Sacarina Para producir sustitutos del azúcar para Coca Cola. Más tarde, diversos estudios con ratas de laboratorio demostraron que la sacarina produce cáncer, y en seis estudios realizados en humanos por el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. se descubrió que quienes consumen edulcorantes artificiales como la sacarina o el ciclamato son más propensos a sufrir posteriormente cáncer de vejiga.
PCB (bifenilos policlorados) En la década de los años 20 del siglo pasado Monsanto empezó a producir los bifenilos policlorados, un elemento de líquido refrigerante para transformadores eléctricos, condensadores y motores eléctricos. Medio siglo después, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. presentó pruebas de que los PCB producen cáncer tanto en animales como en humanos. En 1979 el Congreso de EE.UU. prohibió su producción. El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes prohibió los PCB a nivel mundial en 2001. En 2003, Monsanto pagó más de 600 millones de dólares a los vecinos de Anniston (Alabama), donde se producían estos productos químicos. Los residentes de la zona habían sufrido graves problemas de salud, como cáncer, enfermedades hepáticas y enfermedades neurológicas. Según investigaciones realizadas en EE.UU. en 2011, este elemento sigue apareciendo en la sangre de las mujeres embarazadas, mientras que otros estudios relacionan el PCB con el autismo.
- Poliestireno: En 1941 Monsanto se enfocó en el plástico y el poliestireno sintético para empaquetar los alimentos. En los 80 la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. lo situó como el quinto producto químico cuya producción genera los residuos más peligrosos, pero a la fecha se sigue produciendo.
- Dioxina: En 1945 Monsanto comienza a promover el uso de los pesticidas químicos en la agricultura y fabrica el herbicida 2,4,5-T uno de los precursores del Agente Naranja que contiene dioxina, esta es una sustancia altamente contaminante y se acumulan en la cadena alimentaria principalmente en el tejido adiposo de los animales, también se han enfermado muchos trabajadores y personas que estuvieron en contacto con ella afectando el sistema inmunológico y de ese modo, causar cáncer . Fue así que hacia los años 50 los especialistas en guerra química de los Estados Unidos se interesaron en esta sustancia como una posible arma química y Monsanto hizo acuerdos con ellos.
- Armas nucleares y bomba atómica: En los años 60 y principios de los 70, Monsanto contribuyó a la contaminación, muerte y enfermedad de millones de vietnamitas durante la guerra entre Vietnam y los Estados Unidos. Como resultado del uso del agente naranja alrededor de 400.000 personas murieron o quedaron mutiladas, 500.000 niños nacieron con defectos congénitos y un 1 millón de personas quedaron discapacitadas o sufrieron problemas de salud, entre ellos el personal militar estadounidense expuesto a la sustancia durante los ataques. Los informes internos de Monsanto muestran que la compañía estaba al tanto de los efectos tóxicos del agente naranja cuando lo vendió al Gobierno de EE.UU.
- Además en esa época se rociaron 80 millones de litros de herbicidas (químicos) sobre Vietnam, en una superficie aproximada de 1.5 millones de hectáreas para despejar los bosques y facilitar los bombardeos a la población. Entre los productos que se rociaron estaba el Agente Naranja, un poderoso defoliante, Estos químicos destruyeron bosques, campos de arroz, cosechas enteras, envenenaron las aguas y provocaron graves daños al medio ambiente, además de envenenar a la población y provocar enfermedades como cáncer y defectos de nacimiento. Treinta años después, aún hay casos de niños que nacen con deformidades provocadas por el contacto de las madres con estas sustancias.
Los agroquímicos crean mutaciones en la naturaleza y el ser humano
En los últimos años, la compañía química Monsanto, comenzó el «empalme» de genes de maíz, algodón, soja y canola. Utilizó ADN de fuentes extrañas para lograr dos características principalmente: Un pesticida generado internamente, y resistencia al herbicida RoundUp de Monsanto. En otras palabras, las plantas envenenan y matan a los insectos y mamíferos que las devoran, y, resisten el agroquímico (pariente del Agente Naranja) RoundUp que persiste en ellas incluso tras su procesamiento hasta llegar al consumidor Por supuesto la transgénesis se ha extendido. Papas, frutillas, manzanas, tomates, lechuga, pimentones, maíz, peras, sandías. TODO tiene su versión OGM.
Pese a las décadas de propaganda diciendo que los cultivos genéticamente modificados podrían alimentar al mundo, que tendrían más nutrientes, resistencia a la sequía, o mayor rendimiento, ninguna de esas promesas se cumplió. Los cultivos GM no alimentan al mundo, causan cáncer. No tienen más nutrientes, de hecho no alcanzan ni un 10 % de los nutrientes de los cultivos orgánicos. No resisten a la sequía. No brindan mayor rendimiento sino menor rendimiento, mientras encarecen la producción. La mayoría de las ganancias de Monsanto provienen de las semillas diseñadas para tolerar el RoundUp, este diseño transforma a los «alimentos» en armas mortales para la humanidad. Los ingresos de Monsanto aumentan constantemente ya que los agricultores se ven obligados a usar más y más químicos debido a la proliferación de super malezas que evolucionan desarrollando resistencia al RoundUp.
Todo ello deriva en una cadena de agro negocios, hoy dominada y dirigida por grandes empresas transnacionales. Lo que buscan las compañías como Monsanto es tener el control total del sistema agroalimentario en el mundo. Actualmente, este sistema es monopolizado por unas cuantas empresas, entre las que destacan Monsanto, Cargill, Nestlé, Unilever y ConAgra. Esto trae fuertes implicaciones para las economías de los países, modificando sus paisajes, sus comunidades rurales y hasta los hábitos alimenticios de sus sociedades.
Monsanto y los medios de comunicación masivos ocultan que el Amaranto orgánico era el verdadero alimento proyectado para la humanidad del futuro. Cura el cáncer, lo previene, es el cereal más nutritivo del planeta y fue la primera planta en germinar en el espacio. Tal es así que los astronautas de la NASA utilizan amaranto para mantenerse saludables y no soja.
Sin embargo Monsanto tuvo que ordenar a Obama que firmara una Ley en salvaguarda de la corporación para defenderse de las denuncias y demandas producto de 100 años de nuevos estudios que demuestran los efectos negativos e impactos ambientales de los OGM. Monsanto ataca dichos estudios científicos mediante medios de comunicación masivos controlados, denigrando e ignorando a las organizaciones independientes, y científicos honestos. Pero además, Monsanto cuenta con asociaciones industriales, blogs, científicos sobornados, «ciencia independiente» falsa y todo tipo de herramientas que a su vez, los mismos medios de comunicación corruptos patrocinan, sumado a cientos de miles de artículos de relaciones públicas «privadas» realizados por empresas que con frecuencia fueron fundadas, son financiadas y mantenidas por Monsanto.
¿Qué se puede hacer al respecto? En primera instancia, NO consumir los productos asociados con Monsanto. Recuerda que el bienestar tanto del planeta, de tus seres queridos como de ti, depende de este granito de arena que exige el bienestar del hogar y de sus miembros en el que habitamos. No se trata de dinero. Se trata de ética y salud.
Sylvia Ubal