Las NFT, piezas de «arte» encriptadas y vinculadas a un blockchain, son la nueva atracción de acaudalados coleccionistas, que ven en ellas la nueva fiebre del oro; aunque las casas de subastas impulsan las transacciones, el Departamento de EE.UU enciende alarmas por el potencial lavado de dinero
Por Martha Rojas
RegeneraciónMx.- En 2007, Beeple, un diseñador gráfico estadounidense, se propuso hacer una imagen de criptoarte por día. Cuando terminó cerca de 5 mil, las colocó en un cuadro virtual gigante y lo vendió en Nueva York, durante una subasta que arrancó con un precio de 100 dólares y terminó en los 63.2 millones de dólares.
Era marzo de 2021, Beeple pasó de ser un diseñador promedio a ser el tercer artista vivo más cotizado del mundo.
Con Beeple se inauguró la efervescencia de una tendencia que carcome a los espectadores y coleccionistas, pero pone en alerta al Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que ve en la compra-venta de criptoarte una gran ventana para lavar dinero.
NFT, EL NUEVO NEGOCIO DEL ARTE
El sitio especializado Chainalisys reportó que el volumen de transacciones por el comercio de criptoarte alcanzó los 40 mil millones de dólares, en 2021, y que las expectativas para 2022 eran iguales o mejores.
Tanto los marchantes como los creadores y, finalmente, los consumidores han sucumbido a esta nueva fiebre del oro transformada en un NFT.
Non-Fungible Token, abreviado como NFT, es una tecnología de encriptación, que asegura que cierta creación en el “metaverso” sea la original y no pueda reproducirse ni intercambiarse. Un NFT, a diferencia de las criptomonedas, es indivisible, intransferible y capaz de demostrar su unicidad.
En el mercado del arte existen reglas internas que hacen funcionar las transacciones con NFT´S, la primera es que su mundo éstas NFT no funcionan como un bloque de almacenamiento de la obra, sino como un certificado que avala que la obra digital es única y original. Usualmente, las piezas son creadas con tecnología Blockhain, en diversas plataformas como Superrare o Nifty Gateway y vendidas a través de Foundation Open Sea o la propia Superrare; al vender la obra en el mercado primario, el artista obtiene un 90 por ciento de comisión, al hacerlo por plataforma se queda con un 10 por ciento y las transacciones posteriores pueden variar significativamente.
Una de las problemáticas que observan los especialistas en este tipo de transacciones alude a que las obras no estén protegidas por lo derechos de autor y a que la mayoría de estas piezas no cumplan con los criterios básicos para aplicarles la legislación.
La creación de las NFT va más allá de colocar una idea en JPG o un Giff para solamente venderla, su vinculación a un Blockhain, una especie de ladrillo de construcción digital, le confiere un valor en el internet que después puede ponerse a la venta en el mercado.
LOS PELIGROS
«Los NFT han experimentado un gran proceso de transformación, primero como obras de arte pioneras, luego adaptándose a las nuevas economías y ahora son mecanismos para crear nuevas comunidades, de gente que comparte los mismo valores», considera Andy Miah, profesor en Ciencias de la Comunicación de la universidad de Salford, consultado por la AFP, en marzo de 2021.
Por otra parte, la compañía de servicios de telecomunicaciones Lowi explica que el camino de esta disciplina comienza cuando un artista transforma su trabajo en criptoarte, es decir, llevando su obra a un mundo paralelo y virtual. Tras el proceso, esa creación queda protegida y encriptada y de ese modo se garantiza tanto su autenticidad como la autoría de la misma. ¿Qué ocurre cuando alguien compra una pieza de Criptoarte? Que compra algo no material. Es decir, no es como quién va, por ejemplo, a la Feria de Arte ARCO y paga millones por una obra que se lleva a su casa después de esa exposición.
El criptoarte está estrechamente relacionado con las criptomonedas. En los mercados de criptoarte, no se utilizan euros o dólares, sino que se paga con monedas virtuales, como Ethereum (ETH) o Solana (SOL), a cambio de obras digitales únicas y auténticas.
“Aquí lo importante es que el blockchain no necesita de terceros o de mediadores para que alguien verifique las transacciones —como sucede en los intercambios monetarios tradicionales, con los bancos, por ejemplo—. Como es descentralizado, se permite a partir de un consenso. Los nodos, que serían las personas detrás de computadoras, van verificando que la información que se agregue sea verídica y por eso es muy difícil de hackear (puesto que la información no está concentrada)”, asegura el Artcrypted Gallery.
El arte no sólo es agradable a la vista, también es atractivo para delincuentes que tratan de lavar dinero, financiar terrorismo y traficar con drogas y armas ilegales. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos busca que los marchantes y financistas de arte hagan algo al respecto.
La agencia publicó un informe de 40 páginas el viernes recomendando que las firmas financieras y los comerciantes de arte establezcan una base de datos compartida para rastrear cómo las ventas de arte podrían estar ligadas a delincuentes que hacen compras anónimas.
La necesidad de monitorear ventas de arte se ha vuelto más complicada y necesaria con el aumento reciente en las ventas de activos digitales conocidos como NFT o tokens no fungibles.
El futuro y manejo de estas nuevas piezas artísticas, que se venden a precios exorbitantes, aún está por verse.