Norberto Rivera condena la ‘opulencia a costa de miseria de millones de pobres’

Durante la misa crismal en Catedral, el cardenal Norberto Rivera dijo que la corrupción es una ‘avaricia que en México es ya insoportable y desmedida’

 

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Regeneración, 13 abril 2017.- Al encabezar la misa crismal en la Catedral Metropolitana, el cardenal Norberto Rivera Carrera dijo que la mayor parte de los «males» en el país, entre ellos la «violencia» y la «miseria», son el resultado de la existencia de la «corrupción», la cual dijo es un «pecado grave», es una «avaricia que en México es ya insoportable y desmedida».

El arzobispo primado de México criticó a quienes «viven en una insultante opulencia a costa de la miseria de millones de pobres que carecen hasta de lo más elemental» y expresó su rechazo al «caballo apocalíptico de la violencia» que se experimenta en México, y que «ocasiona estragos espantosos».

Entre ellos «muertes atroces, que ya vemos como cotidianas y no nos conmueven, personas descuartizadas, fosas clandestinas, desaparecidos, secuestros, feminicidios; tantos periodistas asesinados cobardemente, crímenes arteros cometidos, incluso contra nuestros hermanos sacerdotes, muchos de ellos ultimados por ser fieles a su ministerio, otros secuestrados y extorsionados; tal pareciera que desaparecido toda consideración y respeto por la dignidad humana», dijo.

El cardenal indicó que «el dinero robado no es del gobierno, sino de los pobres, de los más necesitados, a quienes a causa de esta despojo inmoral no llegan los servicios indispensables de alimentación y salud». Recordó a «los ladrones que el robo es y será siempre un pecado, y que no es posible perdonarlo sino devuelven los bienes mal habidos».

El arzobispo criticó también el aborto: «¿Y qué decir de la más cruel de las violencias: el asesinato de miles de niños en el seno de sus madres, el drama de estos inocentes que son desechados como una amenaza y cuya aniquilación ahora es vista, no como que es: un delito, sino como un derecho?».

También habló de la «perversión» que entraña la «ideología de género», la que «niega un principio de fe fundamental, e incluso una verdad biológica».

En el día del sacerdote, llamó a los religiosos a no ser «perros mudos que ven el peligro y no lo advierten, que ven como el mal y su ideología satánica empieza contaminar a las familias, y sobre todo a los niños y jóvenes, y no dicen nada».

 

Con información de Reforma y La Jornada