En los 12 años que duraron los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, el salario mínimo solo aumentó 40 pesos. Con AMLO aumentó más del doble en menos de 5 años.
Por Gerardo Salas
RegeneraciónMx, 14 de Diciembre de 2022.- Nuestra Constitución establece de los cimientos del funcionamiento de nuestro país, es símbolo de siglos de historia y resultado de interminables luchas sociales. De tal sentido que el ser parte de este gran país es someternos a los lineamientos y bondades que esta ofrece, estemos o no de acuerdo con ello.
Menciono lo anterior ya que vivimos décadas donde los derechos humanos mas esenciales se veían como mero adorno, como líneas para un discurso emotivo y no para ser reflejo de la realidad. Un claro ejemplo de esto es el empleo.
El Artículo 123 de nuestra Constitución establece que toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto se promoverán la creación de empleos y la organización social de trabajo, conforme a la ley.
Pausemos en lo primero: trabajo digno. Es decir, que el mexicano se sienta respetado, valorado y sin humillación en la labor que ha decidido desempeñar. Para cumplir lo anterior se establecen beneficios esenciales que un trabajador debe obtener, como una jornada de trabajo máxima, por lo menos un día de descanso, prestaciones laborales y por supuesto un salario mínimo.
Un salario mínimo no es cuestión de interpretación subjetiva, ya que el apartado V del mismo Artículo lo desarrolla con claridad: Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos. Los salarios mínimos profesionales se fijarán considerando, además, las condiciones de las distintas actividades económicas.
Como se lee, un salario mínimo debe proporcionar lo esencial como alimento, vivienda, vestido, diversión y educación. Seguramente estaremos pensando que esa definición es reciente, que ahora con la Cuarta Transformación se estableció de tal forma… pero no.
En el obscuro periodo neoliberal se tenía exactamente el mismo texto en la Constitución. Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto lo sabían perfectamente. Sin embargo, el primero lo recibió en $47.60 y dejó el salario mínimo en $62.3 pesos, mientras que Peña Nieto terminó su sexenio estableciéndolo en $88.36. Es decir, en 12 años el salario mínimo solo creció $40.76 pesos. Ni la familia más ahorradora, la mejor administrada que se puedan imaginar, pudiera tener lo más esencial con un salario tan mísero. Y claro, en esos 12 años los precios crecieron mucho más que 40 pesos.
¿Por qué aumentaban tan poco el salario mínimo? La versión del ciudadano pro-neoliberal sería que nadie recibe el mínimo como remuneración, cuando la realidad es que son millones de trabajadores que dependen de ello. La versión PRIANista en turno dirá que para ser competitivos ante la inversión extranjera y mantener una inflación baja.
Vayamos por partes. El ser competitivos ante la inversión extranjera es una pomposa de decirnos que los mexicanos debemos ser lo más cercanos posible a esclavos para que así el señor inversión nos haga el grandísimo favor de darnos empleo. Lo segundo es otra falacia: la inflación no está correlacionada al salario mínimo propiamente sino a la generación de bienes y servicios y a la demanda de éstos. En ese sentido claro que la población ha aumentado y por lo tanto hay más personas deseando consumir, pero al mismo tiempo hay más empresas y a su vez la productividad ha aumentado, es decir, el mexicano en promedio tiene mejor escolaridad y hace mejor su chamba que décadas atrás, sin embargo el poder adquisitivo es el mismo o hasta menor.
Tan son mentira esos argumentos, que nuestro presidente AMLO ha mejorado las condiciones, por ejemplo, desapareciendo el perverso outsourcing y la inversión local y extranjera no se ha visto afectada. El salario mínimo, a partir del 2023, estará por encima de los $200 pesos habiendo crecido a más del doble en poco mas de 5 años, y la inflación en suma ha aumentado en una cuarta parte de ello, lo que demuestra que no hay relación, nuestro país se cuece aparte, los salarios eran tan ridículamente pequeños que los aumentos de AMLO no afectan a una variable macroeconómica tan sensible como lo es la inflación. Y sí, se están considerando los programas sociales tan criticados por la oposición, que tanto dicen que afecta la economía, cuando ha hecho todo lo contrario: a nivel hogar ha ayudado a tener una vejez mas digna y en lo económico ha incentivado la demanda agregada.
Por ello es que ya no es de sorprenderse que los opositores encuentren lógica en el meme de los gansitos explicando “lo catastrófico” que representa el aumento al salario mínimo. Y no solamente porque están alterados los datos o por mentir respecto a la relación de tal variable con inflación, sino porque algún día deben entender que el salario mínimo poco a poco se está convirtiendo en la representación monetaria de la dignidad, en vez de un instrumento de esclavización.
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