Normalizar el audio (entretenimiento) me parece una gran alternativa para paliar las consecuencias del agresivo torrente de información que nuestros ojos y mente reciben todo el tiempo.
Por Edgar Mondragón
RegeneraciónMx, 7 de septiembre de 2022.- La normalización, de manera irónica, es un fenómeno cada vez más común. He leído en redes sociales que es “mexican culture” caminar por la calle, llegar a la esquina y ver un puesto de periódicos lleno de imágenes violentas y explícitas, cuya contraportada son mujeres en ropa interior.
De hecho, si lo observamos con detenimiento, este fenómeno es un hoyo negro muy profundo: el machismo, la misoginia, ver las noticias del día y contar por decenas el número de asesinatos en el país, los reportes de temperaturas cada vez más altas alrededor del mundo o las estadísticas, cada vez más alarmantes, del tiempo que pasamos frente una pantalla en nuestras rutinas diarias. Situaciones críticas que ya son percibidas como comunes y corrientes.
Según el Digital 2021 Global Overview Report, los mexicanos pasamos un promedio de 9 horas al día conectados al internet frente a una pantalla. Un dato demoledor, que sin duda alguna se potenció durante la pandemia de COVID-19, y que a pesar de ya vivir en la “nueva normalidad”, es una tendencia que pinta para no disminuir.
Personalmente, yo me he encontrado en situaciones donde, después de pasar más de 10 horas frente a una computadora en mi jornada laboral en modo home office, mi forma de “descansar” es cambiar de habitación y prender otra pantalla para “desconectar”. Y por supuesto, después de consumir 1 o 2 horas de video, la única forma que encuentro para quedarme dormido es, y seguro alguien se identificará con esto, ver mi celular hasta que los ojos se cierren por cansancio.
Leamos con detenimiento el párrafo anterior. Es una rutina atroz, por decir lo menos, y lo peor es que ya lo percibimos como algo normal. Y bueno, no está de menos recordar los efectos de una exposición tan prolongada a la luz azul de las pantallas: padecimientos físicos que van desde problemas oculares hasta problemas crónicos de cuello y espalda, insomnio, ansiedad y depresión.
Ante este panorama tan avasallador, el oasis que he encontrado para descansar mis sentidos es el denominado audio entretenimiento, el cual se refiere a cualquier tipo de contenido en audio, exceptuando la música.
Por supuesto, la música siempre ha representado un escape a la abrumadora fatiga digital a la que estamos expuestos 24/7, pero si uno excava un poquito más, si nos asomamos un poco más allá del servicio de streaming musical que todos conocemos, las joyas son muchas y francamente sorprendentes. Algo así como en este meme:
Más allá de los podcasts, cuya explosión se cimentó con la pandemia creando un crecimiento exponencial que no tiene señas de disminuir, el audio entretenimiento ofrece un abanico de posibilidades fascinante.
Me he encontrado con audiolibros clásicos como 1984 de George Orwell o Un mundo feliz de Aldous Huxley con diseño de audio biaural; series estilo TED Talk donde he escuchado consejos de budismo para el S.XXI o sobre las cosas que podemos aprender de nuestras mascotas; meditaciones guiadas por artistas de la talla de Harry Styles o Eva Green; historias de autores nacionales emergentes narradas por ellos mismos e incluso me he encontrado con las adaptaciones de las radionovelas de Kalimán, ese mito del cual mi papá tanto me habló y que hasta ahora que tuve oportunidad de escucharlo, pude entender el fanatismo que el primer superhéroe hecho en México provocó.
Y todo esto se suma a las bondades que ofrece el formato. Con los audífonos la posibilidad de alejarse de la luz azul de la pantalla es real. Se puede presionar play, cerrar los ojos e ir a Comala de Pedro Páramo de Juan Rulfo dejando atrás, al menos por un rato, las fórmulas de Excel. También, se le puede dar una dimensión extra a momentos de la rutina como tomar el metro, estar en el tráfico, cocinar o incluso hacer ejercicio. Y si consideramos que los precios de las plataformas que ofrecen este contenido son muy competitivos, es justo decir que aquí tenemos una situación de ganar-ganar.
Normalizar el audio (entretenimiento) me parece una gran alternativa para paliar las consecuencias del agresivo torrente de información que nuestros ojos y mente reciben todo el tiempo. ¿Y porqué no? Tal vez el transportarse momentáneamente a otra realidad gracias a los auriculares nos ayude a tomar perspectiva y darnos cuenta que muchas de las situaciones que consideramos normales, tal vez no lo son tanto.
* Edgar Mondragón es Director de Marketing de Storytel Latinoamérica, empresa líder de audio entretenimiento en streaming. Cuenta con más de cinco años de experiencia en marketing, liderazgo, y estrategias digitales. Previamente formó parte de los equipos de Simplii, StarMedia, Merca 2.0 y Sopitas.
Ha impartido clases en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de México y es graduado con honores la licenciatura en ciencias de la comunicación de la UNAM.
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