A través de asambleas consultivas los indígenas se han organizado y se han informado sobre el proyecto, el cual consideran como “una esperanza de progreso” para esas comunidades hasta ahora olvidadas.
Regeneración, 7 de julio del 2020.El comisario municipal de la localidad de Zoh Laguna, Eleazar Ignacio Dzib Ek. Señaló que comunidades indígenas de maya, tzeltal y chol de Calakmul, asentadas en Campeche, están a favor del proyecto estrella de la 4ta Transformación: El Tren Maya.
Por lo cual decidieron organizarse en un comité, ya que se enteraron que una organización ajena a ellos había tramitado un juicio de amparo. Esto con el fin de evitar la construcción del proyecto ferroviario.
El Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil (Cripx) que supuestamente tramitó el amparo y que se dice representar a 64 comunidades indígenas. Jamás consultó a dichas comunidades y tramitó los amparos en su nombre, pero sin su autorización.
Es por eso que el comisario municipal indicó que ellos están en su pleno derecho de decidir en su territorio. Además, consideran como un acto discriminatorio que estas organizaciones indiquen las decisiones que les corresponden a los pueblos indígenas.
Dzib Ek señaló que son las 125 autoridades comunitarias e indígenas quienes llevan sus voces, pues se organizan a través de asambleas que son firmadas por ejidatarios y pobladores.
Desde finales del año pasado en asamblea aprobaron el proyecto ferroviario.
Desde finales del año pasado en las asambleas consultivas en Xpujil, firmaron un acuerdo aceptando por consenso la implementación del proyecto.
Además, desde el 2018 cuando se llevó a cabo la consulta para la construcción del proyecto. El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), ha estado en presencia constante en el municipio de Kalakmul.
Dsib Ek señaló que ha sido al Fonatur a quien le han exigido información completa y la han recibido.
Por lo que indicó que es falso lo que aparece en algunos medios, que indican que los indígenas se oponen a dicho proyecto.
“En medios vemos comunicados firmados por gente que no conocemos, con nombres extraños, incluso extranjeros, pidiendo se cancele un proyecto en el territorio donde vivimos. Justo cuando abrazamos una esperanza de progreso aparece gente ajena a nuestras comunidades supuestamente a ‘defendernos’, a decir que no entendimos lo que aprobamos, eso sí es racismo velado”.