Óxido y plomo amenazan la Torre Eiffel, símbolo de París

Especialistas aseguran que la Torre Eiffel, con una altura de cerca de 320 metros, está envejeciendo a causa del plomo y el óxido que la ha afectado a través del tiempo y las malas remodelaciones; en 2024 se pintará para las celebraciones de los Juegos Olímpicos en Francia en 2024

RegeneraciónMx.-Concluida en 1889, con una estructura de 7.300 toneladas y 330 metros de altura, hoy la Torre Eiffel es el símbolo de París. Esta obra maestra de la arquitectura forma parte de la Historia y el paisaje de la ciudad, tanto como el Arco del Triunfo o el Río Sena. Parisinos y turistas la admiran y buscan desde todas las colinas, suspirando cada noche cuando se convierte en faro, para que la ciudad de la Luz nunca deje de serlo.

Pero el símbolo por excelencia de la capital francesa está en peligro. La Torre Eiffel se oxida y los trabajos de mantenimiento – la enésima capa de pintura ya está en marcha, de cara a los Juegos Olímpicos de 2024- no son más que maquillaje, poco eficaz.

«Es así de simple, si Gustave Eiffel visitara el lugar, le daría un ataque». Lo afirmaba un ingeniero anónimo al periódico de investigación Marianne,que recientemente ha publicado varios informes confidenciales, datados entre los años 2010 y 2016, que ponen de manifiesto que el monumento se encuentra en un estado muy degradado y que los sucesivos trabajos de reparación son meramente superficiales.

El cuarto lugar cultural más visitado de París -después de Disneyland, el Louvre y Versalles- recibe más de 6 millones de turistas cada año. Un gasto que la ciudad no está dispuesta a perder con el cierre del monumento que exigiría una reparación completa. Está aún muy reciente en la memoria la pérdida millonaria que supuso el cierre a cal y canto de la Torre Eiffel durante los confinamientos de 2020 por culpa de la pandemia (concretamente, un déficit de 52 millones de euros).

Un informe de 2014 realizado por Experis, empresa experta en pintura, halló que la torre presentaba grietas y oxidación.»Incluso si el estado general de la protección anticorrosión parece bueno a simple vista, puede ser engañoso. No se puede pensar en planificar una nueva aplicación de una capa de pintura que no hará más que aumentar el riesgo de una pérdida total de adherencia en el sistema», decía el informe.

Bernard Giovannoni, director de Expiris, decía a Marianne: «He trabajado en la torre durante varios años. En 2014 consideré que había una urgencia extrema para hacer frente a la corrosión». Otro informe, de 2016, apuntó hasta 884 fallos – de ellos, casi 70 representaban un riesgo para la perdurabilidad- en la Torre que, una vez, fue la más alta del mundo.

Detener la propagación del óxido era el mayor desafío para la Torre. El propio Eiffel sugirió que para evitarlo, debía pintarse cada siete años. En la actualidad se está aplicando la 20ª capa de pintura. Estaba previsto decapar y volver a pintar (de color dorado, esta vez) el 30% de toda la superficie, pero el año pasado, durante las tareas de mantenimiento se encontraron huellas de plomo, ese agente anticorrosivo ahora prohibido pero que se utilizó en el monumento hasta 1995. Eso obligó a paralizar las obras durante más de 8 meses y triplicó de golpe el coste del proyecto. Finalmente, sólo se renovará un 5% del monumento (en concreto, el arco decorativo que da a los Campos de Marte), algo que, a la luz de los informes publicados por ‘Marianne’, es insuficiente.