Por cada policía en México hay 373 personas; además, un policía gana en promedio 31 pesos la hora.
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Regeneración 13 de julio de 2017.- En México según el informe más reciente del INEGI, 331 mil personas laboran como policías de seguridad pública o agentes de tránsito, lo que implica por cada 100 mil habitantes hay 231 oficiales, cifra que varía dependiendo la región del país; la Ciudad de México por ejemplo es la que tiene mayor concentración de elementos de seguridad pública y tránsito y alcanza la cirfa de 678.4 policías por cada 100 habitantes, es decir, el triple que en el resto del país.
Otro dato trascendente es que tan sólo 5 de cada 100 hablan alguna lengua originaria.
Estas cifras son otro reflejo de la desigualdad que impera en México, hay que resaltar el hecho de que un elemento de seguridad gana en promedio 31 pesos la hora, arriba del 65% tienen casa propia, y más del 70% duran más de tres años en su empleo, lo que refleja cierta estabilidad laboral.
La circunstancia de vida de los cuerpos policiacos es muy trascendente en este momento en que México es, según el Instituto Internacional para Estudios Estratégicos (IISS por sus siglas en inglés), el segundo país más letal del mundo, sólo debajo de Siria; la violencia que va acompañada por la impunidad y corrupción pone en una condición de vulnerabilidad a los elementos policiacos, son más susceptibles a la coptación por parte de los grupos del crimen organizado y a su vez vulneran la seguridad de la población civil.
Si consideramos estos elementos y le agregamos que a cada policía le ponen una cuota semanal de detenciones y no tienen la infraestructura necesaria para hacer frente a los grupos del crimen organizado, resulta, como señala la organización Amnistía Internacional en su informe “Falsas sospechas: detenciones arbitrarias por la policía en México”, que son las personas más jóvenes, pobres y/o que viven en comunidades y municipios distantes quienes sufren las consecuencias y son detenidas de manera ilegal y sistemática.
Esta crisis de seguridad se agudiza por la indiferencia de las autoridades de todos los niveles de gobierno que en su gran mayoría están más preocupadas por atacar la perspeción de seguridad que tiene la gente y no las causas de la inseguirdad, es decir, buscan convencer a la población de que la cosa no es tan grave maquillando la realidad.
Con información de: RT, El Financiero, Forbes y Milenio