Regeneración, 26 de noviembre del 2015.-Algunos estudios científicos han ahondado en las raíces genéticas, químicas y sociales de este comportamiento. Los humanos son una de las pocas especies animales monógamas, pero aunque la condición tiene beneficios evolutivos, existen factores que lo ponen difícil.
Uno de ellos tiene que ver con el sistema de recompensa del cerebro. Cuando experimentamos placer el cerebro libera dopamina, también conocida como la ‘hormona de la felicidad’. Sus niveles aumentan, por ejemplo, al hacer ejercicio, comer, practicar sexo o estar enamorados.
Un equipo de investigadores estadounidenses ha hallado relación entre una variante del gen que codifica los receptores de la dopamina con una mayor probabilidad de ser infiel. Las personas con esta versión del gen necesitan estímulos más intensos para que la dopamina cumpla su función.
Los autores de otro trabajo estudiaron las diferencias genéticas entre 7.400 parejas de gemelos y encontraron que el 63% de las infidelidades en hombres y el 40% en mujeres estaban determinadas genéticamente. Concretamente, el gen que influía en este comportamiento era el relacionado con el receptor de la vasopresina, una hormona implicada en el desarrollo de confianza, empatía y la formación de vínculos sociales.
Más allá de la química, el dinero también es un factor a tener en cuenta. Una investigadora de la Universidad Connecticut ha comprobado que cuando un miembro de la pareja gana menos dinero que el otro es más proclive a cometer una infidelidad. El efecto se cumple independientemente del género, aunque es más acusado en los hombres.
Como es lógico, hay otras causas personales, como conflictos emocionales no resueltos y experiencias anteriores. Aunque todavía no han encontrado ningún elemento determinante, la biología y la genética de cada individuo marcan en parte su tendencia a ser fiel en una relación.
Situaciones consideradas como infidelidad:
Mantener relaciones sexuales con otra persona.
Intercambiar unos besos y tocamientos.
Coquetear con otra persona.
Intercambiar mensajes subidos de tono.
(Información de Ciencia Explora)