Los investigadores trabajaron más de diez años en el proyecto. Los resultados señalan que Fungifree AB® es efectivo contra la antracnosis, enfermedad causada por un hongo en las plantas tropicales, aunque puede ser considerado un biofungicida de amplio espectro, eficaz para al menos 23 cultivos agrícolas.
Regeneración, 10 de abril de 2016.- El primer biofungicida creado en México fue premiado por no ser contaminante ni tóxico para las plantas, el suelo y el ambiente. Fue generado en una empresa derivada del Instituto de Biotecnología (IBt) de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Los investigadores Enrique Galindo Fentanes y Leobardo Serrano, creadores de este biofungicida obtuvieron el Reconocimiento al Mérito Estatal en Investigación (REMEI) en la categoría de Investigación Científica e Innovación, entregada por el gobierno de Morelos.
Según el comunicado de la UNAM, los investigadores trabajaron más de diez años en el proyecto. En la etapa inicial contaron con el apoyo de especialistas del Centro de Investigación en Alimentos y Desarrollo (CIAD) unidad Culiacán.
Los resultados señalan que Fungifree AB® es efectivo contra la antracnosis, enfermedad causada por un hongo en las plantas tropicales, aunque puede ser considerado un biofungicida de amplio espectro, eficaz para al menos 23 cultivos agrícolas.
El producto fue clasificado en el nivel más bajo de toxicidad por la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), además en condiciones apropiadas puede durar hasta dos años sin refrigeración. Es distribuido por la empresa FMC Agroquímica de México, no contamina, es altamente efectivo y es 100% mexicano y universitario.
Según la explicación de la UNAM, “Fungifree AB® fue pensado originalmente para combatir una infección de los mangos llamada antracnosis, que llena de manchas negras a los frutos e impide su exportación. Sin embargo, detectaron que el polvo humectable, formulado con esporas de Bacillus sp. cepa 83, sirve también contra dos enfermedades más y 23 cultivos”.
Igualmente, ayuda a contrarrestar padecimiento de papaya, aguacate, limón, mandarina, naranja y toronja, además de abatir la cenicilla polvorienta en calabaza, calabacita, melón, pepino, chayote, berenjena, sandía, chile, jitomate y tomate de cáscara, entre otros.
En 2014, sus autores hicieron pruebas de efectividad con las que se obtuvo el registro para el control de la antracnosis, el moho gris y el mildiú polvoriento en el grupo de las “berries”, que incluye cultivos de fresa, arándanos, zarzamora y frambuesa. Desde noviembre de 2012 se comercializa en el campo nacional.
Con información de Proceso.