El de Lilia Alejandra data de 2001 y es uno de los casos más representativos de feminicidio en Ciudad Juárez. Su madre tiene el propósito de que se haga justicia
Por Pita Ramírez y Dante García
Regeneración, 30 de diciembre de 2018. Han pasado 17 años del hallazgo del cuerpo sin vida de la joven Lilia Alejandra García Andrade en un lote baldío de Ciudad Juárez, Chihuahua. Su familia aún busca a los culpables pero ha logrado avances y su propósito para el próximo año es que los feminicidios, como el de su hija, se detengan; que la frase «ni una menos» sea una realidad para 2019.
El caso de Lilia Alejandra en Ciudad Juárez
El de Lilia Alejandra data de 2001 y es uno de los casos más representativos de feminicidio de Ciudad Juárez.
La joven de 17 años de edad no llegó a casa después del trabajo el 14 de febrero de 2001. Su madre, Norma Andrade, acudió con las autoridades y difundió carteles con su foto por toda Ciudad Juárez.
De acuerdo con la documentación del caso, seis días después testigos llamaron a la policía para denunciar a dos hombres agrediendo a una chica en un carro.
Era Lilia Alejandra, como se supo después.
Las autoridades no acudieron a atender la emergencia y al día siguiente fue hallado el cuerpo de la joven que había sido violada, torturada y mutilada.
El alarmante clima de feminicidios en Ciudad Juárez, que captó la atención de las miradas internacionales, surgió entre los años de 1993 y 2004.
Familiares de las víctimas con frecuencia se enfrentaban con la negligencia de las autoridades, quienes incluso llegaban a responsabilizar a las desaparecidas de su condición, a culpar a las víctimas.
Sin embargo, con la atención mediática nacional e internacional las autoridades se vieron presionadas para buscar una solución y presentaron como responsables a un empresario egipcio llamado Abdel Latif Sharif y a la banda delictiva «Los Rebeldes de Ciudad Juárez«.
En ese entonces hubo sospechas de que los culpables habían sido fabricados. El egipcio murió en la cárcel insistiendo en su inocencia y con sólo un caso dudosamente comprobado en su contra. Los pandilleros salieron libres tras saberse que habían sido presionados para que se declararan culpables.
Cambia el ambiente decembrino tras sufrir un feminicidio en la familia
Por todo ello, la madre de Lilia Alejandra, Norma Andrade, continúa buscando justicia. Uno de sus propósitos para el próximo año es «que la frase ‘ni una menos’ sea una realidad» ya en 2019.
Norma amablemente proporcionó una entrevista a la periodista Pita Ramírez para Regeneración, en la que relató cómo ha cambiado la vida de la familia a raíz del feminicidio de Lilia Alejandra, especialmente durante las fiestas decembrinas.
La madre relata que las fiestas las pasa en casa, «en compañía de mis dos nietos».
Sin embargo «antes se reunía toda la familia en casa de mi mamá», recuerda. «A cada quien le tocaba llevar algo, a mí me tocaban los buñuelos, hacía 10 kilos para la familia».
«Todo era risa y alegrías, iba a misa con mis hijas y esposo, y después llegábamos como a las 8:00, después de misa, a casa de mi mama».
Todo esto cambió; la relación de la familia en un principio se mantuvo firme, pero después de que atentaran contra la vida de Lilia Alejandra todo cambió; «mi familia tiene miedo y me pidió que dejara todo», sin embargo Norma se negó a dejar de luchar por el caso de su hija y «todo cambió».
Todo esto, sin embargo, no ha mermado los esfuerzos de Norma y su familia: su propósito para este nuevo año es lograr llevar al Estado a ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos «para lograr que los asesinos de Alejandra estén en la cárcel».
Ademas, busca que el Estado cree políticas publicas de protección para los hijos e hijas de las victimas.
«En mi caso particular busco justicia, que los agresores de Alejandra paguen por lo que le hicieron, una reparación integral para mis nietos y obligar al gobierno a realizar acciones efectivas para que esta situación termine y lograr que la frase ‘ni una menos’ sea una realidad».
Norma también contó a Regeneración cómo se desarrolla el caso actualmente.
El caso, explicó, está en etapa de investigación aún, y los indicios que se tienen son tres perfiles genéticos de ADN, «pero el caso esta en la comisión, en espera del informe de fondo».
Medios nacionales este año reportaron que los perfiles genéticos hallados en la cobija en la que Lilia Alejandra fue envuelta revelaron que un grupo de hombres fue el que atentó contra la joven y que estos hombres estuvieron relacionados con otros tres casos más.
Uno de los agresores, señala Milenio, era familiar de un fiscal de la procuraduría de Chihuahua.
El caso de Lilia Alejandra forma parte de una serie de feminicidios «del Campo Algodonero», llamados así porque cuerpos de mujeres eran halladas en el mismo campo donde se cosechaba algodón.
Sobre los feminicidios en Ciudad Juárez, la periodista Pita Ramírez agrega que los primeros casos de mujeres asesinadas en grupo adquirieron notoriedad en 1995, en Lote Bravo con nueve víctimas, y en 1996 en Lomas de Poleo con ocho.
Los asesinatos fueron en aumento y en 2001 se localizó a ocho mujeres mutiladas, agredidas sexualmente y sin vida en el Campo Algodonero.
Además, entre 2002 y 2003 en el cerro del Cristo Negro se sumaron seis casos más.
Ante ello, en 2003, se creó y utilizó el Protocolo Alba o Protocolo Naranja; una serie de pasos que las autoridades deben aplicar cuando una niña o mujer desparecen, implementado en varias entidades como el Estado de México.
En 2009, por primera vez en la historia, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dictó fallo ante el Estado mexicano como responsable de la desaparición, violencia y privación de la vida de las mujeres.
Otras entregas de la serie Propósito 2019: Justicia
Propósito 2019: Justicia – Primera entrega: Norma Dianey García
Propósito 2019: Justicia – Segunda entrega: Diana Velázquez Florencio
Propósito 2019: Justicia – 3ra entrega: María de Jesús Jaimes, Marichuy