Ríos Zempoala y Ateno en zona de conservación y sin caudal para hidroeléctrica San Antonio, pero Secretaria de Medio Ambiente impone licencia ambiental
Regeneración, 7 de febrero del 2018;Xochitlán, Puebla, Leticia Ánimas.- A pesar de que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) advirtió que el proyecto Hidroeléctrico San Antonio que la empresa GESA quiere construir en las aguas de los ríos Zempoala y Ateno, en la Sierra Norte, podría secar esos caudales la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) le otorgó una licencia ambiental.
De acuerdo con los “Considerados” de la resolución emitida el pasado 22 de Enero en el expediente 21PU2017E0058, CONAGUA alertó a SEMARNAT en agosto de 2017 que el volumen de escurrimiento anual de los ríos Ateno y Zempoala es de apenas 350 mil 837 metros cúbicos de agua, mientras que el proyecto hidroeléctrico de GESA requiere para su operación de 614 mil 952 metros cúbicos en un periodo similar, por lo que resulta que “no es técnicamente factible”.
La Comisión del Agua estimó que al tener requerimientos mayores que la totalidad de los caudales que atraviesan los municipios de Atlequizayan, Nauzontla, Zoquiapan, Xochitlan y Zapotitlan involucrados en el proyecto, se producirían “efectos negativos evidentes aguas debajo de las obras de toma hasta el punto de retorno” debido a que los torrentes “no tienen el potencial hidrológico” que demanda la generadora de energía.
Lo anterior, a decir del biólogo Francisco Ledesma, resulta “por lo menos absurdo”, aun cuando la dependencia federal responsable del cuidado del medio ambiente condicionó la aprobación del proyecto a que los empresarios obtengan una “nueva” concesión de la CONAGUA que les permita el uso del 80 por ciento del volumen anual de los escurrimientos de los ríos, y aseguró que en el corto plazo, de construirse la Hidroeléctrica San Antonio, “se secarán los ríos”.
Para el especialista, la aprobación de la licencia ambiental a GESA por parte de SEMARNAT resulta “sospechosa” porque se emitió no sólo contra las advertencias hechas por la CONAGUA, el rechazo manifestado por al menos cuatro de los cinco ayuntamientos involucrados en el proyecto y también contra un diagnóstico hecho por la propia Secretaría que prevé en la zona un “escenario de inestable a crítico” en el que sólo cabe la instrumentación de medidas de restauración y aprovechamiento sustentable.
“La Hidroeléctrica San Antonio se establecerá en la Región Ecológica 18.32, en la Unidad Ambiental Biofísica CUAB 117, denominada Karst Huasteco Sur que según el Programa de Ordenamiento Ecológico General del Territorio es prioritaria para la conservación, por lo que tampoco se entiende por qué otorgaron este permiso”, agregó.
Además, indicó, la SEMARNAT tampoco tomó en consideración que los ayuntamientos de Zapotitlán de Méndez, Zoquiapan, de Atlequizayan y Nauzontla consideraron al proyecto hidroeléctrico como “no compatible con el medio ambiente y la sociedad” y previeron que los impactos negativos de la obra se extenderán en una superficie mucho mayor a la declarada por GESA, afectando a poblaciones y ecosistemas como el bosque mesófilo de montaña y los bosques de galería, que están en riesgo de extinción.
No obstante, la SEMARNAT también condicionó la construcción de la Hidroeléctrica San Antonio a la realización de una consulta indígena que salvaguarde los derechos de los pueblos originarios, por lo que la empresa no podrá realizar ninguna obra hasta que las Secretarías de Energía (SENER y Gobernación lleven a cabo este ejercicio.
La MIA fue presentada en julio pasado y otorga una licencia de 3 años para la ejecución del proyecto y 35 años de concesión en el uso de las aguas de los afluentes y fue presentada –por segunda ocasión-, por la empresa Generación Eléctrica San Antonio S. A. de C.V. (GESA), denominación que tiene ahora el corporativo IngDeshidro, S.A. de C.V. que inició con este plan desde el año 2012.
GESA ha sido denunciada por los pobladores de haber incursionado en su territorio y haber hecho diversas perforaciones a pesar de carecer del permiso necesario. Por ejemplo, en octubre de 2016 su personal realizó trabajos en el punto en que convergen los municipios de Zapotitlán y Xochitlán denominado Atemonamiqui, un cañón del río Zempoala que se encuentra dentro de la Región Terrestre Prioritaria 105, según la Comisión Nacional de la Biodiversidad (Conabio), donde hay flora y fauna endémica y en peligro de extinción