“¿Qué talla jefa, qué talla? ¿qué talla joven, qué talla?, pregonaba todos los días la «reina del albur» a los clientes del tianguis de Tepito
Lourdes Ruiz Baltazar, más conocida como «La Reina del albur» o «La Verdolaga Enamascarada» fue la primera mujer ganadora del torneo de albur de la Ciudad de México, tallerista y difusora de la cultura popular de Tepito.
La popular mujer se dio a conocer durante el concurso Trompo contra Pirinolas en 1997 en el Museo de la Ciudad de México, cuando obtuvo el primer lugar en el torneo de albures.
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Lamentó mucho el fallecimiento de Lourdes Ruiz, la reina del albur #tepito #albur #reinadelalbur
Lourdes se volvió un referente de la cultura popular con el apogeo de las redes sociales, impartía diplomados de albures finos.
La Reina del albur también tuvo apariciones en programas de televisión; tuvo un papel en en la serie de televisión Crónica de castas, cuyo objetivo fue precisamente la difusión de la cultura del barrio de Tepito y en la que dio vida al personaje de Cleo.
Así describía el albur: «El albur debe ser fino (…) El albur es un ajedrez mental”.
En una entrevista para El País, contó que ejercitó su habilidad para el albur desde niña. «Su abuela fue su mejor maestra y la tragedia».
A los ochos años fue diagnosticada con cáncer, pero la enfermedad no la doblegó «le dio más energía para seguir trabajando y albureando».
Su talento fue reconocido en 1997, cuando ganó un torneo de albures en la Ciudad de México, desde entonces fue La Reina del Albur, una distinción que en 20 años nadie se lo pudo arrebatar.
“El albur se trata de penes y vaginas, pero con sinónimos, no hay necesidad de decir groserías, la regla número uno es: no hay malas palabras ni señas obscenas”: Lourdes.
Fue considerada una embajadora del ingenio mexicano, una habilidad que antes era considerada exclusiva para hombres.
“Vivimos en un país muy machista, donde a los machos se les ha olvidado que macho y hombre se escribe con ‘m’ de mujer y que arriba, abajo, atrás, adelante, con albur o sin albur, siempre va a estar una mujer”, decía.
Ruiz Baltazar aseguró que el doble sentido en los labios de una mujer es una estrategia de defensa en contra de los pensamientos machistas.
“La mujer puede contestar cualquier albur a cualquier machito que se encuentre uno en la calle y la ofende, porque ya no son piropos, son ofensas”, aseguró.
«Alburear, es solo cuestión de práctica, un ejercicio constante de creatividad al alcance de todos», mencionaba.