Denuncian que se transformará la vía pública en centro comercial.
La privatización de una vía pública para otorgar terrenos baratos a inversionistas privados es inaceptable.
Se les entregarán terrenos a un costo irrisorio en una zona de alto valor comercial y residencial. No podemos seguir privilegiando lo privado sobre lo público.
Regeneración, 18 de agosto del 2015 Un grupo de ciudadanas y ciudadanos preocupados por lo que ocurre en la Ciudad de México y rechazaron la simulación de un parque elevado (segundo piso) en avenida Chapultepec, en la delegación Cuauhtémoc, que transforma la vía pública en un centro comercial así lo señalan en la petición que circula en redes sociales.
En el documento se señala que:
El martes 18 de agosto, el gobierno de Miguel Ángel Mancera anunciará oficialmente el proyecto del Corredor Cultural Chapultepec o Zona de Desarrollo Económico y Social (ZODES) Chapultepec. De construirse, este proyecto tendrá repercusiones mayores, pues su infraestructura modificaría la vida de las millones de personas que se establecen en esta zona por razones de trabajo, paseo y vivienda. Se trata de una decisión que nos afecta a todos y no a unos cuantos, pues lo que se pretende es modificar el espacio urbano de esta y futuras generaciones de la Ciudad de México.
Una decisión de esta magnitud exige un proceso de participación amplio —en tiempo y en actores— que permita, ante todo, que el mayor número de ciudadanas y ciudadanos sean parte del proceso de decisión sobre el uso que se le da al espacio público en la ciudad a corto, mediano y largo plazos; sobre todo en un espacio tan amplio, céntrico y simbólico como la avenida Chapultepec, que es un bien público para todos los habitantes del D.F. Ante una decisión ya tomada, este amplio proceso de consulta ha brillado por su ausencia.
Sin justificación pública de por medio, el gobierno de Miguel Ángel Mancera publicó el 19 de mayo de 2014 la “Declaratoria de necesidad” de una “concesión para usar, aprovechar, explotar, con la carga de administrar, diseñar, acondicionar, construir, conservar y mantener una calle completa con vocación cultural que incluya espacio público, equipamiento, vialidad, estacionamientos e infraestructura subterránea y superficial, y otros servicios complementarios, tales como: publicidad, módulos de información, servicios sanitarios, entre otros, en la avenida Chapultepec”.
Derivado de esta declaratoria, la obra se repartió y se asignó sin concurso público alguno a una empresa financiera (Invex), a un administrador de centros comerciales (Grupo Acosta Verde), a una constructora (Garza Ponce) y a un proyecto arquitectónico (liderado por Fernando Romero Enterprise y Juan Pablo Maza). La prioridad del proyecto: un centro comercial sobre la vía pública.
Así pretenden que el anuncio del 18 de agosto represente una decisión ya tomada y expresa de esta manera la cerrazón que en términos de obra pública se ha vuelto común en nuestra ciudad: “va porque va”. La carencia de un proceso transparente y el proyecto presentados son inaceptables. Esto no es “decidir juntos”. Esto es privatizar la ciudad para beneficio de unos pocos. Esto es contrario a las mejores prácticas de gobiernos locales transparentes y participativos que, justamente en sus decisiones sobre lo público, ponen a prueba su vocación democrática. Precisamente lo contrario de lo ocurrido en Chapultepec.
La “necesidad” de construir un centro comercial y un parque elevado en la avenida Chapultepec no es evidente ni de urgente resolución y las consecuencias no sólo tendrían costos enormes para la ciudad y sus habitantes, sino que serían irreversibles.
La privatización de una vía pública para otorgar terrenos baratos a inversionistas privados es inaceptable. En particular cuando se les entregarán terrenos a un costo irrisorio en una zona de alto valor comercial y residencial. No podemos seguir privilegiando lo privado sobre lo público.
La construcción de segundos pisos sobre vías públicas existentes resulta de forma recurrente en beneficios para unos pocos a costa de la calidad de vida de millones. Los segundos pisos no mejoran el tránsito peatonal, no disminuyen el uso del automóvil, no priorizan el transporte no motorizado ni el transporte público.
Resulta contradictorio que se presente como una obra que unirá a las colonias Roma y Juárez cuando, en realidad, las separará con concreto y con la obligación a quienes por ahí pasen de cruzar un centro comercial.
Simón Levy, el responsable del proyecto por parte del GDF, ha justificado la obra aduciendo que la avenida está descuidada y que se encuentra ocupada por indigentes. Sin duda, avenida Chapultepec lleva abandonada muchos años, limitada al tránsito de vehículos y el paso apresurado de peatones; pero la necesidad de recuperarla no implica un proyecto comercial excluyente, cuando bien podría empezarse por mejorar la calidad de los espacios que ya existen en beneficio de sus usuarios actuales. Así, las acciones del gobierno no se dirigen a mejorar la vida de los habitantes de la ciudad, por el contrario: el resultado divide, excluye y estigmatiza.
Si al gobierno de Miguel Ángel Mancera le importa la equidad, la sustentabilidad, el bienestar económico de la población y la inclusión, debe demostrarlo en la práctica y no sólo en la retórica con la que se decoran maquetas o con la que se difunden imágenes arquitectónicas. Por ello reiteramos: la intervención del espacio público en avenida Chapultepec y en el resto de la ciudad debe dirigirse a mejorar el espacio peatonal, promover transporte no motorizado, y ampliar y mejorar el transporte público; en pocas palabras: a garantizar el derecho a la ciudad.
Por todo lo anterior, exigimos:
La derogación de la Declaratoria de Necesidad del 19 de mayo de 2014 y la cancelación de todos los actos que derivaron de este decreto y, por tanto, del proyecto de Corredor Cultural Chapultepec o ZODES Chapultepec.
Abrir un nuevo proceso para reimaginar el corredor considerando los intereses de los habitantes de la ciudad y las necesidades de quienes no usan el auto, y no que los intereses comerciales de unos cuantos estén por delante.
Es decir, construir una ciudad para todas y todos.
Por eso decimos: #NoShopultepec, #SíChapultepec