Salen a la luz 10 casos de tortura en investigación de Ayotzinapa

Después de que el GIEI pusiera en duda la “verdad histórica”, la versión oficial recibe un nuevo golpe: múltiples denuncias de tortura.

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Regeneración, 11 de mayo 2016.-  Tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, las autoridades mexicanas detuvieron a decenas de sospechosos y aseguraron haber resulto el caso.

En conferencia de prensa, los fiscales mostraron videos de supuestos traficantes de drogas que confesaban haber recibido a los estudiantes de manos de la policía, haberlos asesinado, incinerado sus cadáveres en un basurero y tirado los restos al río.

Después de que dos equipos independientes de expertos pusieran en duda la versión oficial, ahora ésta recibe un tercer golpe: denuncias de tortura.

Documentos obtenidos por The Associated Press (Ap), a los que no se había dado difusión hasta ahora, afirman que diez de los sospechosos relataron un guion casi idéntico: empezaron los interrogatorios, después  los golpes, las descargas eléctricas, asfixias parciales con bolsas de plástico y finalmente amenazas de que matarían a sus seres queridos si no hacían confesiones que sustentasen lo que decía el gobierno.

Algunos, incluso afirmaron que les otorgaron evidencia preparada o que les indicaron que debían decir.

Los informes médicos publicados el mes pasado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH,) parecen confirmar las versiones de que hubo tortura. La organización revisó 5 de los diez archivos conseguidos por Ap y encontró pruebas verosímiles en todos ellos.

“En el transcurso del camino me iban dando electricidad en los testículos y en todo el cuerpo”, declaró Patricio Reyes Landa, uno de los sospechosos que fue detenido un mes después de la desaparición de los normalistas.

“En todo ese tiempo, que fue como dos horas y media de camino, llevé los ojos tapados y me fueron golpeando todo el camino”, aseveró ante un juez en julio, según los documentos obtenidos por Ap.

“Recuerdo que se acercó una persona y me quitó la venda de los ojos y me mostró una fotografía de mi familia, de mis dos niñas, de mi esposa y mi hermano, y me dijo que si no hacía todo lo que me dijeran iban a violar a mis pequeñas…Le dije que  yo iba a hacer lo que ellos me dijeran”.

La declaración de Reyes Landa es fundamental para el gobierno, ya que fue uno de los primeros que confesaron haber matado a los estudiantes y quemado sus cadáveres en un basurero del municipio guerrerense de Cocula.

Resalta que bajo la legislación mexicana, las confesiones obtenidas mediante torturas no son admisibles.

“Si desechan la confesión y no hay más pruebas, básicamente no hay caso”, aseveró Denise González, especialista en derechos humanos y derecho internacional de la Universidad Iberoamericana.

El supuesto líder de Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias, también aportó un escalofriante testimonio sobre su detención, en el cual asegura que un elementó de la procuraduría abusó de él.

“El señor aquí presente fue uno de los primeros que me torturó y se sentó en mi estómago, y fue el que me asfixió con bolsas negras de plástico, que además me violó con una pieza metálica”, indicó mientras señalaba al investigador Gabriel Valle Campos.

“Me amenazó que iba a torturar a mi familia, a mis hijos, de la misma forma que lo estaba haciendo conmigo”, acotó, según los documentos.

Eber Betanzos, subprocurador de Derechos Humanos de la PGR, aclaró que 32 detenidos afirman haber sido torturados y que las denuncias involucran mayoritariamente a agentes aprehensores distintos a la PGR.

Recordemos, que en fechas recientes el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), señaló sus dudas respecto al testimonio de Agustín García Reyes, uno de los primeros sospechosos en identificar el sitio donde fueron supuestamente incinerados los restos de los estudiantes, tras la difusión de fotografías y videos en los que él aparece en compañía de Tomás Zerón de Lucio, jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, un día antes de que los fiscales anunciaran que habían encontrado fragmentos de hueso.

Precisamente, García Reyes, en los documentos obtenidos por Ap, señala que fue torturado durante horas, mientras le informaban lo que tenía que confesar cuando fue llevado al río.

“Me pusieron la bolsa en la cabeza y me comenzaron a pegar; yo les dije que no sabía nada”, expresó. “Me decían ‘más vale que me digas dónde están, porque si no vamos a matar a tu esposa, a tu hijo y a ti también”.

“Me siguieron pegando hasta que les dije que yo les iba a decir lo que ellos quisieran”, y agregó, “me llevaron al río y me dijeron en la camioneta, ‘ahorita tú vas a hacer como si hubieras tirado bolsas al río, y si no lo haces te vamos a seguir golpeando’. Llegamos a ese lugar y estaban grabando ellos, y yo hice como si tirara las bolsas al río y me llevaron en seguida a donde ya tenían unas bolsas de plástico; las señalé como diciendo que yo las conocía”.

Un informe de médicos de la fiscalía mexicana, preparado dos meses después de la detención de Reyes Landa, aseguró que tenía moretones, rasguños y “lesiones puntiformes semejantes a las ocasionadas por la aplicación directa de dispositivos eléctricos en abdomen y muslos”.

La especialista universitaria en derechos humanos, Denise González, explicó que es posible que algunos sospechosos inventen historias, pero que “en el contexto de México, donde la tortura es generalizada… toda denuncia debe ser investigada, y a partir del contexto, es muy posible que sea cierto”.

Con información de La Jornada y Animal Político.