Urs Fischer: Lovers, del Museo Jumex, es una muestra con 50 piezas con las que el artista suizo celebra 25 años de trayectoria y su primera exhibición en América Latina; la exhibición abre al público este sábado
RegeneraciónMx.- Una lengua que sale de un agujero en la pared y un robot que peina su cabello son algunas de las esculturas del artista plástico Urs Fischer (Zúrich, 1973) que divierten a visitantes en la nueva exposición del Museo Jumex. Sin embargo, el artista suizo tiene algo contundente que decir: “el arte es aburrido”.
Fischer ofreció una conferencia de prensa, en compañía del curador Francesco Bonami, a propósito de su exhibición “Urs Fischer: Lovers”, una retrospectiva de los últimos 25 años de carrera del artista y la primera exposición individual del artista en América Latina.
En la charla con medios, Fischer habló sobre su peculiar relación con el arte: “Tenemos una buena relación, aunque no siempre sea emocionante”.
Entonces, ¿por qué Fischer hace arte? El artista explicó que para él la creación es un medio para comprender el mundo: “Todo lo que he visto se acumula y moldea la forma en la que veo el mundo. Eso es lo que amo del arte, por más que sea aburrida”.
El artista –famoso por trabajar materiales poco comunes, como pan, polvo y cera, y trabaja las técnicas de escultura, fotografía, instalación y pintura– explica que la magia de las artes visuales radica en su permanencia en la mente del humano.
“Cada obra de arte que he visto la tengo en mi mente y 30 años después sigue viajando en mi cabeza, así que en el momento en el que ves arte es una experiencia que se queda dentro de ti, la distorsionas, la haces parte de tu existencia”
Para “Urs Fischer: Lovers” se seleccionaron obras de colecciones públicas, privadas y del archivo del artista y se destacó su trabajo escultórico que se caracteriza por su sentido del humor y el movimiento, como“Noisette” (2019), una lengua que se asoma a través de un agujero en la pared; “Things” (2017), un rinoceronte plateado retacado de objetos, y “Maybe” (2019), dos pequeños caracoles que recorren lentamente el suelo, con la esperanza de encontrarse.