Zona muerta en el Golfo de México crece sin frenos ante vertidos y fertilizantes del maíz transgénico
Científicos estadounidenses predijeron para este año una gran “zona muerta” causada por la falta de oxígeno (hipoxia) en el Golfo de México, en la Bahía de Chesapeake.
Aunque los resultados de NOAA afirman que las principales causas son los vertidos y los agroquímicos de la agricultura, no hay conciencia para frenar lo que está sucediendo, la muerte del hábitat marino y sus consecuencias
Regeneración, 22 de julio 2014.-Lo que llama la atención es que el equipo de la Administración Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) fue poco claro en definir las responsabilidades del hombre a lo largo de todos estos años, como para detener estos efectos. Si bien reconocen que es por causa de los vertidos y fertilizantes, ambientalistas destacan que no hay frenos a la agricultura del maíz transgénico.
Un informe de NOAA del 24 de junio, reveló que desde 1990 se detectan grandes zonas hipóxicas y lo que muestra la investigación es que «las influencias humanas aumentan en gran medida sus tamaños y efectos». El área que estimaron para este año fue de 12.000 a 14.785 kilómetros cuadrados (4.633 a 5.708 millas cuadradas). Es la cifra «más alta en la historia”, destacó a su vez Planet Natural.
Se le llama zona muerta a la parte del mar con falta de oxígeno necesario para mantener el hábitat de las especies y su vida.
Como resultado de la zona sin vida, NOAA resaltó en el informe que se vieron afectadas las actividades pesqueras comerciales y recreativas. Según el equipo, en estos últimos años ellos” hicieron esfuerzos por recuperar el agua y la calidad del hábitat para aumentar la producción de los cangrejos, ostras y otras especies” de interés comercial.
Los ambientalistas creen que los efectos son mucho mayores y que se deben ver a un nivel global.
El informe reconoció en su desarrollo, que la hipoxia y la anoxia (sin oxígeno) es causada por “la excesiva polución de nutrientes primariamente por las actividades humanas como la agricultura y los vertidos al agua, los que resultan en un insuficiente oxígeno para soportar la mayoría de los habitantes marinos y los habitantes cerca del borde de las aguas”.
Otros factores que influencian esta hipoxia son la dirección del viento, las precipitaciones y la temperatura. Las variables del clima y las condiciones oceanográficas, “pueden afectar la zona muerta a lo mucho en un 38 por ciento”, según NOAA.
De nada sirvió que en el 2014 el vertido de nitratos a las aguas del Misisipi disminuyera en un período, el de mayo. Éste mismo subió en otros ríos como Susquehabba y Potomac. Todos ellos llegan a la “zona muerta” del golfo con efectos desastrosos para la vida marina.
En mayo de 2014 se vertieron 101.000 toneladas métricas de Nitratos al Misisipi en vez de 189.000 del año anterior y 44.000 toneladas de nitrógeno al río Susquehanna y Potomac, en vez de 36.000, registra el informe, lo que indica que las autoridades son conscientes de los vertidos y de acuerdo a NOAA, también de sus efectos.
La población se pregunta si existe o no la preocupación real de frenar los vertidos a las aguas y los fertilizantes provenientes de la agricultura. Para algunos estadounidenses la zona muerta está principalmente influenciada por el cultivo de maíz transgénico, que obligadamente necesita fertilizantes para cultivar cada hectárea. La sugerencia de frenar esto ha tenido poco eco en las autoridades.
“¿Por qué los agricultores utilizan tanto los fertilizantes? Maíz”, destacó Planet Natural. “El maíz requiere una gran cantidad de fertilizantes por hectárea -195 libras – y gran parte de esto termina en las corrientes de agua de Estados Unidos, especialmente en años húmedos como éste. El propósito del maíz, en gran parte modificado genéticamente, es un cultivo “valioso”, no directamente como alimento humano, sino como el etanol, el jarabe de maíz y otros subproductos”, señaló en su blog en junio.
Un estudio de 1997 demostró que es necesario un estudio del suelo antes de aplicar nitrógeno a los cultivos de maíz, ya que los agricultores lo estaban haciendo sin considerar este aspecto. Hoy el problema del Nitrógeno empeora.
La directora de NOAA Kathryn D. Sullivan, que además es Secretaria de Comercio de los Océanos y la Atmósfera, festejó por su parte los resultados de la investigación y la reducción de nitratos en mayo, pese a los pronósticos de la gran zona muerta. “Hicimos progresos para reducir la polución de las aguas en nuestra nación”, aunque añadió que “hay más trabajo que hacer”.
“Con esta información nosotros podemos trabajar colectivamente para reducir la polución y proteger nuestro ambiente marino para las próximas generaciones”, agregó.
El director de aguas del Servicio de geología de Estados Unidos (USGS) William Werkheiser, explicó que tienen 65 sensores que miden online las condiciones del agua, y estos continuarán a largo plazo “monitoreando y modelando. Este esfuerzo es la clave para ver cómo cambian las condiciones de los nutrientes en respuesta a los vertidos, las sequías y el manejo y acción de estos nutrientes”.