María Puga, viuda de Anastasio Hernández Rojas, asesinado por agentes migratorios de EU, relata su encuentro con Bernie Sanders en el muro fronterizo. “Le pedí que hiciera algo, van 50 muertos por la migra desde que mataron a mi esposo”. Son 7 mil 500 mexicanos asesinados por agentes en la frontera en 20 años. Sanders se comprometió a efectuar una reforma migratoria.
Regeneración, 29 de mayo de 2016. San Diego, California.- “Nunca pensé que alguien que pudiera ser presidente de Estados Unidos llegara hasta la barda fronteriza a escucharme, a que le contara sobre la forma en que mataron a mi esposo, y menos que ese posible presidente me confortara con abrazos, me dijera que lo sentía mucho, y yo sintiera ese afecto sincero con que lo dijo”. Así platicó María Puga, viuda de Anastasio Hernández Rojas, sobre su encuentro con el senador Bernie Sanders en la frontera.
El caso de Anastasio Hernández ha sido muy conocido. Anastasio fue detenido, tortura y asesinado por agentes de la Patrulla Fronteriza en la garita de San Ysidro en 2010. A pesar de las pruebas, el Departamento de Justicia no presentó cargos contra los responsables.
María Puga le contó a Sanders: “Le dije que eran doce agentes fronterizos los que lo torturaron, que lo mataron a golpes esposado a la espalda, que mi esposo no les había hecho nada y el médico dijo que fue un homicidio”.
A distancia la prensa pudo captar la forma en que el senador Sanders escuchaba respetuoso a María Puga. “Yo le dije que era necesario que se hiciera algo. Después de la muerte tan inhumana de mi esposo han ocurrido 50 muertes más a manos de agentes fronterizos y nadie ha sido llamado a enfrentar a la justicia”, contó María.
Ahí, el senador se mostró alarmado al enterarse de que algunas organizaciones de derechos humanos calculan que unas siete mil 500 personas han muerto en la frontera desde que la administración del presidente Bill Clinton construyó la barda fronteriza y desplegó operaciones de control en la región.
“Si esa cifra es correcta, esto es indignante y amerita hacer algo urgentemente. Éste es un argumento de peso para empujar la reforma migratoria”, comentó.
Agregó que los casos de los mexicanos que ya han sido deportados, muchos de ellos padres y madres de familia, se revisarán individualmente si resulta electo.
Momentos antes, el candidato declaró que los agentes fronterizos como cualquier otro empleado público deben ser responsabilizados de sus actos, especialmente si hay pérdidas de vidas.
“Le dije que el caso de mi esposo habría permitido investigar otros, pero que el Departamento de Justicia le había dado carpetazo; que prefirió no hacernos justicia y no hacerla a mi esposo para tal vez no continuar aclarando otros casos”, platicó Puga.
El senador guardó en el bolsillo interno de su saco un volante que le dio María, de esos que se han usado muchas veces en protestas en San Ysidro para exigir “Justicia para Anastasio”. Sanders abrazó a María y le dijo “lo siento”. “Me abrazó tres veces. Me decía que lo sentía. Dijo que ojalá nunca hubiera ocurrido lo que le pasó a mi esposo”, recordó Puga. Enseguida, el senador caminó por la arena donde se juntan California, México y el Pacífico. María, abrazada por Sanders, reflejaba claramente alegría en su rostro.
“Es que, que alguien que puede ser presidente de Estados Unidos llegue así, hasta la barda, a hablar con la gente, a escucharnos, a darnos consuelo, de verdad, es algo que yo pensé que nunca podría ocurrir”, comentó María. Sanders habló a través del muro con medios y con deportados que viven en Tijuana. Habló breve y solemne, y claramente. Eso, dijo María Puga, la hizo comprender lo que pasaría si alguien así llega a la Casa Blanca.
“La verdad, yo quiero que gane el senador Sanders, con todo el corazón”.
Sanders en el muro fronterizo dialogó con deportados
El precandidato llegó ayer hasta la frontera para dialogar a través del muro fronterizo con mexicanos deportados.
Acompañado por María Puga, la viuda del mexicano Anastasio Hernández Rojas, a quien mató a golpes un grupo de oficiales fronterizos en 2010, el aspirante demócrata destacó que “lo que necesitamos es reconocer la realidad del momento y terminar con un sistema de inmigración muy descompuesto”.
A nombre de un amplio grupo de madres, padres y militares deportados, el soldado Héctor Barajas, veterano de guerra, dijo a Sanders desde Tijuana que todos los deportados están con él y le desean que gane la elección.
“Te amamos, hermano”, dijo Barajas. Sanders le respondió: “gracias por tu servicio a nuestro país”.
(con información de Manuel Ocaño)