A dos meses del sismo que derrumbó sus casas, vecinos de Juchitán siguen durmiendo en la calle a resguardo de sus pertenencias y temerosos de un nuevo temblor.
Regeneración, 08 de noviembre de 2017.- Hace ya dos meses desde que el terremoto del 7 de septiembre derrumbó cientos de viviendas en Juchitán, Oaxaca, y desde entonces, cientos de personas permanecen afuera de sus casa en espera de apoyo para derrumbar y reconstruir.
Duermen entre los escombros, comen el polvo, temerosa de que el único cuarto que quedó en pie en su casa se derrumbe, Guadalupe improvisó una cama afuera de su casa y desde ahí vigila a sus nietos, quienes duermen en colchonetas esparcidos en el suelo.
“Yo ahí me quedo, la verdad, inventé mi catre y me cubro del polvo, de la lluvia”, contó.
“Si con el temblorcito que se sintió ayer, me acosté en la hamaca y cuando sentí el movimiento corrí afuera porque ya uno, ya tiene mucho miedo”.
Igual que Guadalupe, sus vecinos duermen en la calle, como confirmó Silvia, de 68 años, y su hermano César de 72, quienes además de perder su casa, perdieron el local en el que vendían cervezas para sostenerse.
“Nos desvelamos porque mira, nosotros preferimos salir a la calle, ahí nos dormimos, en la calle, a media calle”, narró.
Si bien ya se recibieron los primeros apoyos para la reconstrucción, de acuerdo con las cotizaciones de las ferreterías que venderán material en la comunidad, entre alambre, un poco de cemento, arena y grava, se gastarán los primeros 14 mil pesos.
En la comunidad falta apoyo, la mayoría tiene aún que estar entre escombros que no han sido removidos por falta de material o de manos para ayudar en las labores, como contó Fidelia, quien sueña con terminar la barda que limite su propiedad de la calle.
“Yo lo que quiero es mi casita porque nos quedamos afuera, por eso que se haga la casita hasta donde alcance el dinero, Dios quiera que alcance y se termine, si no, pues les digo que aunque sea el colado, si alcanza para piso, pues bueno, y si no, aunque sea de afuera la carita, es lo que quiero”, indicó.
Falta mucho por hacer en Juchitán y aún faltan manos para ayudar con labores básicas de limpieza.
Vía Milenio