Policías corruptos, seguían órdenes de ex ministro Jorge Fernández, espiaban sin control judicial y fabricaban pruebas falsas contra rivales políticos.
Regeneración, 23 de abril del 2019. La campaña electoral en España se ha visto empañada por el escándalo mayúsculo conocido como las Wcloacas de la policía patriótica»: un grupo de policías corruptos, encabezados por el comisario José Manuel Villarejo –en prisión en la actualidad–, que, siguiendo las órdenes de Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior en el anterior gobierno, liderado por el conservador Mariano Rajoy, espiaban sin control judicial y fabricaban pruebas falsas contra rivales políticos.
Una práctica antidemocrática y delictiva, que hoy investigan varios juzgados españoles. Las noticias sobre estas investigaciones comparten protagonismo estos días con la campaña electoral que culminará el próximo domingo con las elecciones generales en España.
En el debate electoral celebrado ayer, Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, afeó a Pedro Sánchez, presidente del gobierno y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), haber contratado como Director de Comunicación de Política Nacional a un periodista –Alberto Pozas– que cuando dirigía el extinto semanario Interviú entregó al comisario Villarejo el contenido de la tarjeta de memoria del móvil de una asesora de Pablo Iglesias, que le fue sustraído en 2016.
Los archivos del móvil –fotografías íntimas, conversaciones en Telegram, documentos políticos, etc. – fueron hallados en un registro a Villarejo, quien declaró haberlos recibido del periodista, imputado ahora en la investigación sobre la «policía patriótica».
Un juzgado investiga ese robo y los motivos que condujeron al director de Interviú a entregar su contenido a un policía que se dedicaba a hacer «servicios especiales» para el Ministerio del Interior. Paralelamente al robo del móvil, a principios de 2016, el grupo de policías corruptos elaboró un informe que afirmaba que el gobierno de Irán había financiado a Pablo Iglesias y a su partido.
Una información falsa que fue publicada por varios medios españoles.
El objetivo: atacar a la formación política de izquierdas, que acababa de obtener 71 diputados en su primera cita electoral, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país. Parte del contenido del móvil de la asesora de Pablo Iglesias fue publicado por el periódico digital OK Diario, cuyo director también está siendo investigado por sus relaciones con el comisario Villarejo.
Un escándalo nacional que ha devuelto a la memoria colectiva el tristemente famoso «terrorismo de Estado», cuando a principios de la democracia los gobiernos de Adolfo Suárez y de Felipe González eliminaron a personas relacionadas con la organización terrorista ETA.