Frida Kahlo impone récord de subasta en Nueva York

Diego y yo, una pintura que data de 1949, la misma época en que circulaban rumores sobre un romance entre Diego Rivera y Frida Kahlo, fue vendida en 34.9 mdd


Frida y Diego, en una imagen de 1949. Foto de archivo.

 

Redacción

Una obra deFrida Kahlo, Diego y yo, podría romper un récord de precio para la obra de arte latinoamericano más cara de la historia vendido en subasta. Sotheby’s subastará el retrato “Diego y yo”, una obra de Frida Kahlo se vendió en 34.9 millones de dólares.

La identidad del dueño de “Diego y yo” es un misterio, pues el vendedor ha decidido mantenerse como anónimo.

No es la primera vez que esta obra de la pintora mexicana sale a la venta, hace poco más de 30 años, en 1990 el cuadro fue vendido por la misma casa de subastas; la diferencia es que en ese momento valió 1.4 millones de dólares. Entonces se trató también de una gran hazaña porque era la primera vez que la obra de un artista latinoamericano lograba venderse por arriba del millón de dólares

“Una pintura de Kahlo con esta cualidad y excelencia es una rareza en una subasta”, declaró en septiembre de este año Julian Dawes codirector del departamento de Impresionismo y Arte Moderno de Sotheby’s en Nueva York.

 

La obra podría alcanzar un precio de hasta 50 mdd.

La obra de Kahlo es la estrella de la subasta “Modern Evening Sale”, en la que también se ofertarán otras obras como una naturaleza muerta de Diego Rivera valuada en 2 millones 500 mil dólares; con ese mismo precio se ofrecerá el cuadro “Sueño”, de Leonora Carrington, y “El hilo”, de Remedios Varo, que está valuado en 2 millones de dólares.

La pintura data de 1949 y muestra a la pintora con un expresión serena a pesar de tener tres lágrimas en los ojos; en su frente se encuentra la imagen de Diego Rivera. Esta imagen, uno de lo últimos autorretratos que pintó,  descataca la intimidad y tormento que vivieron los artistas  bajo su segundo matrimonio en el que aceotaron abiertamente sus amorios con terceras personas.

El cuadro coincidió con el momento en el que circularon rumores de un amorío entre Rivera y María Félix, quien también era amiga de la pintora y por lo cual ella se habría sentido profundamente herida.