Aunque los resultados de la revocación de mandato no son vinculantes, sí puede considerarse un ejercicio exitoso. ¿Por qué? A continuación les cuento lo que se logró.
Por Melissa Cornejo
RegeneraciónMx, 13 de abril de 2022.- El domingo 10 de abril se realizó la primera consulta de revocación de mandato en la historia de México, y pese a que los resultados no son vinculantes, pues no se alcanzó la participación del 40% del padrón electoral, explicaré en este espacio por qué a mi parecer, este ejercicio fue todo un éxito.
Para empezar, es importante tomar en cuenta algunos factores que pudieron entorpecer la participación de la ciudadanía: sólo fue instalada la tercera parte de las casillas que suelen instalarse por sección electoral —cabe destacar, que además, se les dio preferencia a las casillas en las que en 2018 Andrés Manuel López Obrador tuvo menos votos—. Algunos usuarios reportaron en redes sociales que no pudieron ejercer su derecho al voto porque no aparecieron en la lista nominal, así como algunos otros aseguraron que tuvieron que viajar más de 50 kilómetros para llegar a su casilla. Esto ya sin contar la campaña antidemocrática en la que servidores públicos y ‘’líderes’’ de opinión llamaron a no votar en un intento de boicotear la consulta.
A pesar de todo, la revocación de mandato logró la participación del 18% del padrón electoral, lo que se traduce en más del doble de participación que en la última consulta, que sólo alcanzó el 8%. De los más de 16 millones de personas que asistieron a las urnas —en domingo de inicio de vacaciones, y sin elecciones que coincidieran con la consulta—, el 91% votó a favor de la continuidad del presidente.
Las críticas de la oposición
Como era de esperarse, los opositores no tardaron en minimizar las cifras e interpretarlas como un rotundo fracaso. Para ellos, un par de apuntes: el domingo pasado, Andrés Manuel recibió más votos que Ricardo Anaya en 2018 (12.5 millones), y 143 mil 819 más que Felipe Calderón en 2006. Están frente al presidente con más popularidad y respaldo que ha tenido México en décadas, por lo que, criticar sus luchas, inquietudes y legitimidad desde el clasismo y los discursos llenos de tintes autoritaristas, solamente los aleja del pueblo que dicen querer gobernar.
Por último, lo que a mi parecer es fundamental rescatar, es que el ejercicio del domingo sentó un precedente y —más allá de los resultados, y como símbolo— fue un hecho histórico que quizá no logremos comprender sino a través del tiempo y contemplándolo desde la distancia en unas décadas. Ahora los ciudadanos tenemos una herramienta que nos permite expresar el descontento y no soportar un mal gobierno por seis años.
Ojalá que como ciudadanos sepamos estar a la altura de las circunstancias y vayamos a las urnas cada vez que nos llaman, pues no es sino desde ahí que podemos caminar hacia la democracia participativa con la que muchos soñamos: una democracia en la que el pueblo no participa más allá de elegir a los representantes, es insostenible.
Sigue a Melissa Cornejo en Twitter como @melishcs