A Liotta se le recuerda por varios papeles icónicos, entre ellos Henry Hill en Goodfellas, una enorme obra que redefinió el género gánster.
Por Miguel Martín Felipe
RegeneraciónMx, 05 de junio de 2022.- El pasado 28 de mayo, a las 5:59 horas, en República Dominicana, falleció el actor estadounidense Ray Liotta. A día de hoy no ha sido esclarecida la causa. A Liotta se le recuerda por varios papeles icónicos, algunos de ellos villanos, como el corrupto policía Paul Kendler de la película Hannibal (Ridley Scott, 2001), a quien el carismático médico psicópata le practica una craneotomía y lo hace comer parte de su propio cerebro mientras se encuentra parcialmente sedado. Encarnó también, en Crossing over (Wayne Kramer, 2009) a Cole Frankel, un inescrupuloso funcionario de inmigración que no duda en ofrecer facilidades en su rubro a una inmigrante ilegal australiana a cambio de favores sexuales.
No podríamos hablar de una carrera en extremo prolífica. Siendo rigurosos, podríamos más bien decir que uno de sus primeros papeles es lo que prácticamente le da entrada al panteón de las grandes estrellas, aunque no tanto por su desempeño (que algunos califican de sobreactuado), sino por haber formado parte de una enorme obra que redefinió el género gánster. Goodfellas (Martin Scorsese, 1990) es la película icónica en que pudimos ver uno de los puntos más altos de Ray Liotta en compañía de Robert De Niro y Joe Pesci.
A diferencia de algunas producciones anteriores como Scarface (Brian de Palma, 1983) o The Godfather (Francis Ford Coppola, 1972) que en las décadas anteriores habían logrado establecer todo un género aparte, el de las mafias ítalo-estadounidenses, Goodfellas hace un retrato más crudo, menos centrado en la ritualística y el glamour mostrados en otras obras, pues se centra en personajes que simplemente no tienen visos de algún día estar a la cabeza de la mafia; pues más bien se trata de criminales de medio pelo que viven eternamente en el aspiracionismo, y sus momentos de opulencia son siempre transitorios. Son impredeciblemente violentos y no tienen reparo en romper los códigos, que parecieran ser mucho más laxos en los estratos bajos de las organizaciones criminales.
Es importante mencionar el magistral montaje de Scorsese, con un plano secuencia memorable, la elección de una banda sonora exquisita y unas actuaciones intensas y bien logradas en términos generales. Se trata de la adaptación del libro Wiseguy de Nicholas Pileggi, que narra las andanzas de Henry Hill, a quien interpreta el propio Liotta, desde su adolescencia como mandadero de los mafiosos de su barrio hasta un punto aparentemente sin retorno en que después de haber sido cegado por la avaricia, termina vendiendo a todos sus cofrades para salvar el pellejo.
La historia está contada en primera persona con el genial recurso de la voz en off, que sirve para enriquecer las escenas y dar una sensación de cercanía con el personaje principal, cuyos momentos cumbres son aquellos en que interactúa con Robert De Niro y Joe Pesci, quienes interpretan a Jimmy Conway y Tommy DeVito, respectivamente. Mención especial para la tensa escena entre Pesci y Liotta, marcada por una convincente actuación con que Pesci retrata al más irascible del trío con la insistente y retadora frase: «Funny how?», que pocos años más tarde ya se había vuelto icónica, y para muestra la parodia a estos tres personajes en la serie Animaniacs, con los tres palomos.
Otra cuestión importante que retrata esta película es el punto de inflexión de la mafia ítalo-estadounidense, cuando Henry Hill, sumido en la locura, abandona las antiguas usanzas y entra de lleno en el negocio de la cocaína. Es en este punto y en otros donde también destaca el papel de Lorraine Bracco como Karen, la esposa de Henry Hill. Ella representa el estereotipo de las esposas del gánster mediocre; sin mundo ni aspiraciones, pero a la vez con ínfulas y con una abnegación que las hacía mantener siempre la cohesión en la familia pese a las andanzas de sus maridos.
Goodfellas se erige actualmente como un clásico del cine y escapa de ser solo una pieza de nicho, puesto que constituyó un enorme aporte a la cultura popular, y puede que así estuviera pensada, tomando en cuenta que se utilizó un soundtrack con piezas geniales que no constituían una temática gánster. Eric Clapton, George Harrison, Bobby Vinton, Aretha Franklin, Muddy Waters y The Moonglows son algunos de los artistas cuyas canciones fueron acertadamente incluidas en momentos puntuales de la película.
Queda entonces para la historia una de las actuaciones más recordadas de Ray Liotta, quien, por cierto, era, con 67 años el más joven del trío de “buenos muchachos”, del cual sobreviven Robert De Niro con 78 y Joe Pesci con 79.
Descanse en paz Ray Liotta. Lo recordamos con la frase que nos introducía en la historia de Henry Hill:
«Desde que puedo recordar siempre quise ser un gánster».
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