Madagascar: Balas de goma y gases lacrimógenos contra manifestantes que denuncian cortes crónicos de energía. Saqueos
Regeneración, 25 de septiembre de 2025. En Madagascar, la protesta social por la escasez de servicios básicos escaló hasta convertirse en disturbios que han forzado al gobierno a imponer un toque de queda.
Cientos de personas, hastiadas por cortes de electricidad que a menudo superan las 12 horas, salieron a las calles de la capital, Antananarivo.
Esto, para exigir una solución a una crisis que golpea de frente a una población que, en un 75%, vivía por debajo del umbral de la pobreza en 2022.
Madagascar
La respuesta gubernamental no se hizo esperar: la policía usó balas de goma y gases lacrimógenos para reprimir a los manifestantes, muchos de los cuales, indignados, respondieron con violencia.
El descontento popular, incubado en las redes sociales, emergió con fuerza.
A través de plataformas como Facebook, los jóvenes malgaches organizaron una movilización pacífica.

Sin embargo, la tensión estalló cuando las manifestaciones se tornaron incontrolables.
Los protestantes bloquearon las calles con barricadas de neumáticos ardiendo y rocas, mientras que en distintos puntos de la capital se reportaron incidentes de saqueo en tiendas minoristas, de electrodomésticos y bancos.
A su vez, el enojo de la gente alcanzó a las autoridades: los manifestantes incendiaron varias estaciones del nuevo sistema de teleférico del país.
Además atacaron las casas de tres políticos cercanos al presidente Andry Rajoelina.
Estos disturbios son una clara muestra del hartazgo de un pueblo que ve cómo sus necesidades más esenciales son ignoradas.

Represión
Ante el caos, el gobierno de Madagascar prohibió la manifestación y, finalmente, impuso el toque de queda.
El general Angelo Ravelonarivo, jefe de un organismo de seguridad conjunto, declaró que la medida, que rige de 7 de la noche a 5 de la mañana.
Dijo además que busca «proteger a la población y sus pertenencias» y se mantendrá hasta que «se restablezca el orden público».
Estas declaraciones, sin embargo, contrastan con los mensajes en las pancartas de los manifestantes, que claman por derechos básicos.
Derechos
«El agua y la electricidad son necesidades humanas básicas» y «Malagasy, despierten» son algunas de las consignas que reflejan la profunda crisis social y la desesperación de un pueblo que no encuentra otra vía que la protesta para ser escuchado.
Por el momento, el número de víctimas sigue siendo incierto.
En tanto, las manifestaciones también han ocurrido en las oficinas de la compañía nacional de agua y electricidad en las provincias.














