Montserrat Paredes murió tras ser atropellada por un autobús de pasajeros, mientras manejaba una ecobici, por el carril especial para ello.
Regeneración, 01 de diciembre de 2017.- El gobierno de la Ciudad de México básicamente culpó de su propia muerte a Montserrat Paredes, ciclista que transitaba sobre Avenida Reforma, cuando un autobús de pasajeros la atropelló.
Según la Contraloría capitalina, Paredes, quien falleció el pasado 17 de noviembre de 2015, tiene la entera responsabilidad por su muerte.
«Se trató de un hecho y circunstancia consentido por la misma (Montserrat), puesto que se colocó por su propia voluntad en ese evento, es decir, no fue obligada y aceptó un riesgo, como toda persona que circula en la megalópolis de la Ciudad de México», señala la resolución.
Los padres de la víctima, interpusieron una queja ante las secretarías de Movilidad y Medio Ambiente; la queja está acompañada de pruebas de la mala planeación del carril ciclista, por lo que acusaron negligencia de las autoridades. Además de señalar que la empresa Bicentenario RFM, empresa de transporte a la que pertenecía la unidad que atropelló a su hija, no capacita a sus choferes para convivir con ciclistas, lo que representa un riesgo.
«Presentamos un procedimiento administrativo ante la Contraloría de la Ciudad de México, basados en función de la Ley de Responsabilidad Patrimonial, en la cual estamos fundamentando nuestra reclamación», explicó Alejandro Martínez, abogado de los padres.
«Tanto la Semovi como la Sedema realizaron una ciclovía desde el 2012 que compartían autobuses del servicio concesionado de pasajeros y las bicicletas, sin el debido estudio ni el entrenamiento a los choferes de las unidades».
Pese a las pruebas, las autoridades consideraron que es imprecedente, pues la queja sobre la mala planeación tendría que haberse hecho desde 2012, cuando se inauguró la obra, y no cuando sucedió el accidente.
Las condiciones en las que los ciclistas andan por la Ciudad de México, en general son de mala calidad; las ciclovías, hechas para uso exclusivo, en general están invadidas por personas, vehículos o ambulantes, además, coladeras presentan aperturas que pueden ser mortales para los usuarios de bicicleta; por si fuera poco, en muchas ocasiones los cruces en los que conviven bicicletas y autos, generalmente no están bien diseñadas y hacen que andar en bici sea un peligro constante, en lugar de una alternativa.
Vía Reforma.